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Aligeremos la pesada carga de los deberes escolares

Publicado el martes, 19 de mayo de 2009. Revisado el miércoles, 23 de septiembre de 2009.
Autor: Sara Bennett
Tiempo medio de lectura: 5 minutos y 18 segundos

En la actualidad, los deberes escolares consumen parte de la actividad nocturna de los niños, incluso desde la escuela infantil. De acuerdo con un informe conjunto de la National Education Association y Leap Frog, realizado en 2006, los niños norteamericanos de 8 a 13 años dedican entre 1 hora y media y 1 hora y tres cuartos cada noche a sus tareas escolares. La mayoría necesitan al menos 3 horas semanales de ayuda de sus padres para realizar estos trabajos. No hay duda de que los padres se quejan de los deberes casi tanto, o incluso más, que sus hijos.

Y con razón. Una revisión de más de 180 estudios de investigación, realizada en 2006 en la Universidad de Duke, halló que no parece haber correlación entre los deberes y el éxito académico de los niños en la escuela elemental. Incluso en secundaria, la única correlación apreciable es que los alumnos que hacen los deberes reciben mejores notas de sus profesores. Pero no hay ninguna prueba que confirme que los deberes ayuden a cumplir retos educativos a largo plazo, como crear individuos con inquietud por el aprendizaje, creativos, y capaces de pensar analíticamente.

Muchos retos educativos a corto plazo tampoco se ven favorecidos por los deberes. Consideremos la tradición de estudiar cada semana para los tests de ortografía [habituales en países de habla inglesa]. Ya a finales del siglo XIX, los investigadores no pudieron encontrar ninguna conexión entre el tiempo invertido en los ejercicios y la competencia de los estudiantes. Como tantos maestros y padres saben de primera mano, un alumno que es capaz de deletrear una palabra nueva el viernes, probablemente no será capaz de incorporarla en su escritura el lunes siguiente, y puede que ni siquiera recuerde cómo se deletrea.

Del mismo modo, los interminables problemas de matemáticas no son útiles para ningún propósito educativo. De acuerdo con el Departamento de Educación de Estados Unidos, los niños pueden demostrar un dominio de tan sólo cinco problemas. Si no lo consiguen, necesitan más apoyo de su profesor, no más y más problemas que no son capaces de resolver.

Por otra parte, uno de los supuestos beneficios más elogiados de los deberes, que desarrollan la responsabilidad, autodisciplina y motivación, nunca se ha podido demostrar formalmente a través de la investigación.

Por desgracia, los deberes roban un tiempo que podría dedicarse a algo que contribuya mejor a la salud global del niño, su bienestar y su desarrollo intelectual. Por ejemplo, los niños pequeños, y también los adolescentes, necesitan mucho tiempo libre para jugar. Ese es su modo de dotar de sentido al mundo que les rodea y el lugar que ocupan en él.

El juego es un bien tan escaso hoy día que la Academia Americana de Pediatría ha lamentado la tendencia actual a eliminar los recreos en la escuela elemental [en Estados Unidos]. En enero de 2009, un informe constató que cuando los alumnos disfrutan de 15 minutos de recreo, su comportamiento en clase y sus resultados mejoran enormemente.

Los deberes también son uno de los motivos por los que la lectura por placer entra en declive a los 8 años, según una encuesta realizada en 2006 por Scholastic y Yankelovich. Y la lectura (en eso están de acuerdo todos los educadores) es la actividad intelectual más importante de todas. Así es como los estudiantes aprenden a escribir, a analizar, y también ortografía, y así es como acumulan un conocimiento que les ayuda a desarrollar un pensamiento crítico.

Según la organización gubernamental norteamericana National Endowment for the Arts, "la lectura es un indicador de modelos positivos de comportamiento individual y social". De acuerdo con su investigación, quienes leen voluntariamente también asisten a eventos artísticos y deportivos, realizan actividades al aire libre y hacen más ejercicio que los no lectores.

La sobrecarga de deberes escolares también afecta a la socialización con familiares y amigos, las comidas en familia, el ejercicio físico, las actividades al aire libre y el sueño. Todos estos elementos son fundamentales para gozar de una infancia y una vida equilibradas. Según un estudio de 2001 de la Universidad de Michigan, las comidas familiares son el mayor predictor de más éxito y menos problemas de comportamiento en niños de 3 a 12 años. John Medina escribe en Brain Rules que la privación de sueño, una cruz de muchos niños en edad escolar, afecta negativamente al humor y el estado general del niño, así como a su capacidad de prestar atención y usar herramientas de pensamiento abstracto.

En Estados Unidos, padres y escuelas empiezan a buscar soluciones. El director de un centro de Wyoming que abolió los deberes en la escuela primaria en el otoño de 2007 dice: "No tener deberes no es perjudicial. Los resultados de nuestros alumnos siguen mejorando". Las escuelas secundarias empiezan a coordinar la asignación de tareas, las fechas de entrega, e incluso están eliminando las clases de nivel avanzado (advanced placement classes) que suelen poner una gran cantidad de deberes. Además, los padres se están uniendo para garantizar a sus hijos un tiempo libre al final de la jornada escolar, para que puedan, simplemente, ser niños.

Cómo domesticar el monstruo de los deberes

  • Concéntrate en lo más importante para tus hijos. Si quieres que tengan tiempo libre para soñar y descubrir sus propios intereses, asegúrate de que disponen de ello.
  • No te preocupes por que saquen las mejores notas en todo. No te preocupes demasiado por las calificaciones.
  • Asegúrate de que duermen todo el tiempo que necesitan.
  • Si tus hijos dedican demasiado tiempo a los deberes, o si ello está ocasionando demasiados conflictos en la familia, deja que hagan cualquier otra cosa y escribe una nota a su maestro/a.
  • Deja que tus hijos lean lo que quieran. Su vocabulario, escritura, ortografía y habilidades analíticas van a mejorar mucho más si devoran una lectura elegida por ellos que si pierden ese mismo tiempo haciendo fichas de vocabulario y ortografía.
  • Habla con otros padres sobre el problema de los deberes y luego hablad juntos con la escuela.

Artículo publicado por primera vez en Natural Awakenings (más en www.naturalawakeningsmag.com)


Sobre Sara Bennett
Sara Bennett es coautora de "The Case Against Homework: How Homework Is Hurting Children and What Parents Can Do About It" y fundadora de Stop Homework, un proyecto sin ánimo de lucro dedicado a abogar por la reforma de los deberes escolares. Para más información: www.StopHomework.com

Documentos de Sara Bennett publicados en Crianza Natural

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