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Objeciones al homeschooling

Publicado el sábado, 08 de marzo de 2014. Revisado el sábado, 08 de marzo de 2014.
Autor: Laura Mascaró
Tiempo medio de lectura: 4 minutos y 47 segundos

La mayoría de las objeciones a la educación en casa las formulan personas que no conocen este tema y, sobre todo, que no conocen a ninguna familia que eduque en casa ni a ninguna persona que no haya sido escolarizada. Por ello, en casi todas las ocasiones, la mejor respuesta es devolver la pregunta o pedir que especifiquen a qué se están refiriendo. No obstante, voy a tratar de dar respuesta a las cinco objeciones más comunes.

1. Los niños no socializan.
Esta es la gran falacia acerca del homeschooling. El primer error es dar por hecho que únicamente se socializa en la escuela; que "socializar" equivale a relacionarse con otros 25 niños nacidos el mismo año. Se podría hacer una profunda crítica al tipo de socialización que se da en las escuelas, pero con una actitud más positiva podemos centrarnos en los beneficios del tipo de socialización que tienen los homeschoolers. En primer lugar, los niños educados en casa se relacionan con gente de todo tipo y edad. Acompañando a sus padres aprenden (por observación y por experiencia directa) cómo se relaciona uno con otras personas y cómo estas relaciones difieren según el grado y la tipología. Por ejemplo, uno no habla igual ni se comporta del mismo modo cuando está hablando con una vecina, que con un familiar cercano, que con el banquero, que con el conductor del autobús, por poner varios ejemplos. Si lo que preocupa, en realidad, no es la socialización sino la relación con otros niños, entonces la respuesta ha de ser diferente. Los niños educados en casa se relacionan con sus hermanos, primos y vecinos, con los hijos de los amigos de los padres, con los compañeros de las actividades que hagan (boy scuts, academias de idiomas, escuelas de música, actividades deportivas, clubes parroquiales, etc) y, por supuesto, con otros niños educados en casa.

2. Los padres no están capacitados para educarles.
Habitualmente, quienes plantean esta objeción se están refiriendo a la capacitación académica. Lo hacen porque piensan en la educación en casa en términos escolares. Imaginan que uno deja el papel de padre/madre para adoptar el papel de profesor, que se sienta con el niño a darle lecciones magistrales y le ordena tareas. Pero normalmente el homeschooling no es así. No responde al patrón tradicional de lo que Paulo Freire llamó "educación bancaria" en el que un adulto traslada sus conocimientos a los niños. En muchas ocasiones, padres e hijos aprenden juntos; en algunos casos, los niños son autodidactas en varios campos. De lo que se trata, en realidad, es de ser capaz de encontrar recursos con los que suplir o reforzar las propias carencias. Entonces, ¿cómo les enseñamos aquellas cosas que nosotros mismos no conocemos o no dominamos? A veces, acudimos a terceras personas que sí conocen el tema, ya sea un profesor al que contratar o un conocido con el que hacer algún tipo de intercambio; otras veces acudimos a la biblioteca pública o a internet (en la era de la comunicación resulta absurdo pensar en un profesor poseedor de todo el conocimiento y en alumnos como meros receptores de información). Para determinado tipo de materias, como la música o los idiomas, las familias acuden a academias; también existen programas de educación a distancia y un largo etcétera.

3. Los niños están en inferioridad de condiciones respecto de los escolarizados (a nivel académico, principalmente).
Esta objeción está estrechamente relacionada con la anterior. Las familias que educamos en casa, por lo general, no compartimos los criterios y parámetros escolares, así que la comparación de nivel académico no es válida. La ventaja por excelencia del homeschooling es que permite a cada niño aprender a su ritmo. Por tanto, habrá niños que en unas materias estén por delante de los niños escolarizados de su misma edad pero que en otras materias, estén por detrás. Pero, francamente, entre dos adultos de 20 años que saben leer correctamente, ¿cuál es la diferencia entre que uno aprendiera a los 3 años de edad y el otro, a los 8?

4. Los homeschoolers no pueden titularse.
En España, al carecer de reconocimiento legal expreso y, por tanto, de regulación propia, los homeschoolers solo pueden acceder a los exámenes libres previstos para las personas adultas. Por ello, no pueden examinarse de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) hasta los 18 años de edad, lo que supone un perjuicio respecto de los jóvenes escolarizados, que se titulan a los 16 años. Algunos adolescentes deciden cursar 4º de la ESO en la modalidad presencial para así poderse titular a la edad correspondiente. Otros deciden cursar estudios extranjeros y convalidarlos después. Pero hay otras opciones al margen de la ESO. Lo verdaderamente importante es que el joven sepa qué es lo que quiere hacer, se informe de cuáles son las posibles vías para conseguirlo y, entonces, escoja una de ellas.

5. El homeschooling no es legal.
Aunque, técnicamente, el homeschooling no es legal en España porque la Ley Orgánica de Educación establece 10 años de escolaridad obligatoria, lo cierto es que tampoco existe una prohibición expresa. Por ello, cada vez son más las familias que optan por dar este tipo de educación a sus hijos, dado que el riesgo de ser perseguido y obligado a escolarizar es mucho menor que las ventajas que ofrece la educación en familia. Sea legal o no, el hecho es que el homeschooling es una realidad creciente en nuestro país. Para información actualizada sobre la legalidad del homeschooling en España, puede visitar los blogs http://madalen.worpress.com y http://homeschooling.lauramascaro.com


Sobre Laura Mascaró
Laura Mascaró Rotger es abogada, escritora, madre homeschooler y pedagoga en proceso de formación. Es además Presidenta de la Plataforma por la Libertad Educativa. Puedes encontrarla en su blog: http://www.lauramascaro.com

Documentos de Laura Mascaró publicados en Crianza Natural

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