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Alimentar al bebé de teta cuando volvemos a trabajar o estudiar fuera

Publicado el martes, 12 de junio de 2018. Revisado el martes, 12 de junio de 2018.
Autor: Liz Torres Almeida
Tiempo medio de lectura: 6 minutos y 8 segundos

Salvo excepciones, parece que el acuerdo colectivo es que la lactancia materna más allá de los primeros meses es solo una opción para madres que no tienen un empleo remunerado fuera del hogar. Se entiende que para las estudiantes o profesionales que trabajan fuera, la LM es una carga extra, que supone una elección: dejar el trabajo para dar la teta o dejar la teta para seguir trabajando.

Esta es una de las consecuencias de la falta de promoción real de la lactancia materna. Lo cierto es que muchísimas madres siguen amamantando después de reincorporarse a sus vidas profesionales y que existen varias formas de hacerlo, conforme a la circunstancia particular de cada una. Así, proponemos una pequeña guía para que veas cómo puedes seguir dando el pecho, aunque no te vayas a quedar en casa, partiendo de la base de que lo indicado es LME hasta los 6 meses pero que la irrisoria baja maternal en España no garantiza ese periodo.

Algunas podrán optar por soluciones óptimas, como seguir dando el pecho en horario de trabajo por facilidades logísticas (vivir cerca o que la persona cuidadora acerque al bebé al trabajo) e incluso minoritarias (que el bebé pueda estar con otra mujer que lo ponga al pecho, estando ambas madres cómodas con el acuerdo). Sin embargo, para una mayoría, la opción de la lactancia diferida, esto es, alimentar al bebé con leche extraída, es la más válida y económica en cuanto al esfuerzo que requiere.

  • No es necesario armar un banco de leche congelada (aunque a muchas mujeres les tranquiliza, por posibles imprevistos): la leche extraída dura varios días en la nevera, y siempre es preferible ofrecerla fresca que descongelada. Puedes extraerte por la noche o por la mañana y que la persona cuidadora se la ofrezca al bebé, sin más ceremonia. Es posible que necesites extraerte algo en el trabajo hasta que la nueva rutina se estabilice, pero lo justo para evitar obstrucciones o mastitis. Almacenada en frío, esa leche se puede aprovechar más tarde.
  • No es necesario que el bebé sepa coger el biberón antes de la reincorporación. Somos muchas las que, ante la expectativa de nuestra ausencia, probamos a dar un bibe con nuestra leche para descubrir que nuestro bebé no sabe. No hay necesidad. Algunos no saben cogerlo antes de los 4 o 5 meses y luego simplemente aprenden. Es más, el biberón no es para nada necesario. A partir de esa edad pueden perfectamente tomar tu leche con un vaso o una cucharita; de hecho, algunos bebés que necesitan ser complementados lo hacen así con tan solo un día de vida. Si nos decantamos por usar un vaso, es preferible usar uno normal, ya que los vasitos entrenadores no dejan de ser pseudobiberones.
  • En bebés más grandecitos que ya reciben AC, las posibilidades de nutrirlo en ausencia de la madre crecen exponencialmente. Incluso es posible incorporar la leche materna a algunas recetas de Baby Let Weaning (BLW) o al preparado de la papilla. Si bien lo ideal es mantener la lactancia materna exclusiva durante los 6 primeros meses (también para bebés de LA o mixta), en algunos casos (por ejemplo, cuando hay problemas con la técnica de extracción) se puede adelantar la alimentación complementaria, pero nunca antes de los 4 meses (lo ideal es consultar antes con una asesora de lactancia y un pediatra prolactancia). También existen alternativas minoritarias para mantener la lactancia exclusiva si no hay forma de complementar con la propia leche, como sería el caso de la donación informal de leche materna.

Algunas recomendaciones:

  • Dejar bastante leche disponible, al menos hasta que conozcamos la rutina del bebé (será cuestión de días), almacenada en cantidades pequeñas de 50-100 cc para no desaprovecharla. Conviene siempre desechar el resto de la toma por el contacto con las bacterias de la boca.
  • La estimación suele ser de una toma por cada 3 horas de ausencia, aunque varía mucho entre distintos bebés. Incluso algunos bebés prefieren no tomar hasta que vuelva la teta a casa, algo que ya está bien así. Normalmente toman menos de lo que esperamos.
  • Es preferible darla fresca que congelada, ya que mantiene todas sus propiedades. Cuando ya sepamos estimar el consumo del bebé, podremos congelar el excedente. Siempre es mejor la leche materna descongelada que la de fórmula.

Las reacciones de los bebés amamantados ante la ausencia de su tetita son bastante imprevisibles. Muchos bebés, para sorpresa de todos, prefieren no tomar nada hasta que vuelva la teta. Otros protestan enérgicamente. Ante esto, es importante atender la angustia que pueda experimentar el cuidador. Puede ser muy estresante ver que el niño no come nada o la propia incertidumbre de saber si habrá suficiente leche. Seamos optimistas: el periodo de regulación es corto. Pronto, bebé y cuidador se adaptarán a la rutina de la ausencia de la madre, y tendrán totalmente controlada la logística. Saber que estas reacciones son normales y que, con una madre disponible a la vuelta, se compensa la posible deficiencia en la ingesta (aún no se ha desnutrido nadie que tenga alimento a su alcance), puede ayudar a aguantar el tirón. En casos excepcionales de incorporaciones muy tempranas, con bebés de apenas días o pocas semanas, sería conveniente hablar con un pediatra prolactancia para establecer un plan de nutrición específico (tanta leche cada tantas horas), aunque no es el caso de bebés de varios meses, más reactivos en cuanto a su capacidad de autorregulación.

Otra cosa que puede pasar es que, al volver a casa, nuestro bebé se haya convertido en un koala que no se suelte de la madre por nada del mundo. Y esto no es exclusivo de bebés amamantados, ya que también les sucede a bebés de biberón. No debemos pensar que es porque tiene mucha hambre; no ha habido teta, pero sobre todo, no ha habido mamá. Puede llegar a ser una fase agotadora, que también pasará cuando todo el sistema familiar se adapte a la nueva rutina. El colecho puede ser una buena herramienta para satisfacer esa necesidad a la vez que la madre se asegura el descanso.

Con todo, hay algunas situaciones en que las madres lactantes prefieren que su bebé sea alimentado con fórmula mientras están fuera de casa. Sea porque tienen algún problema con el extractor o la técnica de extracción que les provoca un gran rechazo y no contemplan la leche donada o por cualquier otra razón, vale la pena señalar que dar fórmula en ausencia de la madre no implica necesariamente abandonar la lactancia materna. No es lo ideal y es probable que disminuya el pronóstico de lactancia, pero es mejor una lactancia mixta que nada de LM. Se trata de encontrar la manera de adecuar nuestras circunstancias, de forma que la diada quede lo más satisfecha posible. Millones de mujeres trabajadoras o estudiantes fuera del hogar siguen dando la teta. No es una elección entre absolutos ni mucho más embrollo que delegar otros cuidados necesarios para el bebé. Un grupo de lactancia puede ser una buena oportunidad de conocerlas en primera persona, ¡No te desanimes! Toma una decisión informada.

Fuentes:

  • https://www.breastfeedinginc.ca/informations/what-to-feed-the-baby-when-the-mother-is-working-outside-the-home/
  • http://albalactanciamaterna.org/lactancia/tema-4-cuando-los-ninos-crecen/lactancia-y-reincorporacion-al-trabajo-remunerado/

Sobre Liz Torres Almeida
Liz Torres Almeida es psicóloga, sexóloga y madre de dos niños.

Documentos de Liz Torres Almeida publicados en Crianza Natural

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