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Publicado el lunes, 23 de septiembre de 2019. Revisado el miércoles, 27 de mayo de 2020.
Autor: Amber O'Hearn
Tiempo medio de lectura: 34 minutos y 50 segundos
Algunas personas, incluso algunos científicos que estudian el metabolismo cetogénico, piensan que la cetogénesis es de alguna manera anormal o excepcional, una adaptación solo para emergencias. No estamos de acuerdo.
Una de las razones por las que creemos que un metabolismo cetogénico es normal y deseable, es que los recién nacidos humanos están en cetosis. A pesar del contenido moderado de azúcar en la leche materna, la lactancia materna es particularmente cetogénica. Este período de desarrollo es crucial, ya que durante este se produce un amplio crecimiento del cerebro. Aunque la composición de la leche materna puede verse afectada por la dieta[1], es razonable suponer que la leche materna siempre ha sido cetogénica, y esto no es un efecto de la modernización.
Cuando el cerebro está en su período de mayor crecimiento, y cuando la fuente de alimento es probablemente fruto de la evolución para ese período, las cetonas son el combustible de ese crecimiento.
Esto sugiere, entre otras cosas, que el aprendizaje está apoyado en un metabolismo cetogénico. Además es coherente con la capacidad de las dietas cetogénicas para tratar una variedad de trastornos y traumatismos cerebrales aparentemente no relacionados.
En resumen:
Los bebés humanos están en cetosis
Al poco de nacer, los bebés humanos están en cetosis, y permanecen así durante la lactancia[2]. Usan cetonas y grasas como energía y para el crecimiento del cerebro.
Cuando se han llevado a cabo estos estudios, se ha visto que los bebés no están inmediatamente en cetosis en las primeras dos horas después del nacimiento, sino que hay una breve demora[3]. Durante ese breve período antes de que comience la cetogénesis, el lactato (que, aunque pueda resultar confuso, no está relacionado con la lactancia) se convierte en un combustible importante para sustentar el cerebro[4]. Algunos investigadores especulan que este retraso en la cetogénesis podría deberse a un suministro limitado de carnitina, proporcionada por la leche, pero también señalan que la glicogenólisis y la gluconeogénesis (el proceso mediante el cual se produce la glucosa a partir de la proteína) no están activas inmediatamente[5]. Por lo tanto, podría resultar simplemente que la cetogénesis necesita un tiempo para empezar. En otras palabras, puede ser una simple cetoadaptación.
Hay que tener en cuenta, sin embargo, que es poco probable que las madres de estos bebés estuvieran en cetosis. En realidad, si la madre está en cetosis (como se ha estudiado a través del ayuno), los cuerpos cetónicos pasan a través de la placenta y son utilizados por el feto[5], [6]. Al mismo tiempo, la gluconeogénesis se induce en el hígado del feto, probablemente como resultado de la relación insulina-glucagón[7], [8]. Por lo tanto, es posible que el feto de una madre cetogénica sea ya independientemente cetogénico al nacer.
La lactancia materna es probablemente saludable
Se han reportado muchas asociaciones positivas entre la lactancia materna exclusiva durante al menos 3-6 meses y la salud posterior del niño. Por ejemplo, se ha correlacionado positivamente la inteligencia con la duración de la lactancia materna. Aunque los datos son conflictivos y propensos a confusiones[9], algunos estudios parecen haber abordado dichas confusiones y corroboran el efecto positivo[10, 11, 12]. También se han encontrado correlaciones entre la lactancia materna y la protección contra el desarrollo de enfermedades, como el asma y las alergias[13], la diabetes tipo 1 y tipo 2[14] y la epilepsia[15].
Las correlaciones observacionales son buenas fuentes de hipótesis, pero no pueden establecer la causalidad. Por desgracia, estas hipótesis son difíciles de demostrar. Suponemos que la lactancia materna es saludable principalmente porque evolucionamos, sin lugar a dudas, para amamantar.
La lactancia materna es cetogénica
El enfoque médico en el siglo XX quedó fuertemente influenciado por el descubrimiento de micronutrientes y, debido a esto, hemos estado buscando el secreto de la salud de la leche materna mediante el examen de los nutrientes que contiene. Sin embargo, una diferencia significativa entre los lactantes amamantados y los que se alimentan con fórmula es que los primeros están en una cetosis más profunda[16]. No se sabe por qué. Podría ser una propiedad de la leche o algo más en relación con la alimentación. En cualquier caso, independientemente del mecanismo, el hecho es que la lactancia materna es más cetogénica. Es posible que la razón de que las lactancias maternas más largas se asocien generalmente con una mejor salud sea porque los bebés pasan más tiempo en cetosis.
Resumen:
[*] Hecho en casa porque es más rico en grasas, a diferencia de las variedades en brick que casi no tienen.
Referencias y notas:
[1] Estructura dietética del triacilglicerol y su papel en la nutrición infantil.
Sheila M. Innis - Adv Nutr Mayo 2011 Adv Nutr vol. 2: 275-283, 2011
Tipo de evidencia: Revisión.
Los ácidos grasos que necesita la glándula mamaria para la síntesis de TG para su secreción en la leche se obtienen mediante la absorción de ácidos grasos del plasma y la síntesis de novo en la glándula mamaria (7). Sin embargo, la síntesis de ácidos grasos en la glándula mamaria es inusual. A partir de acetil CoA, se añaden unidades de carbono de malonil CoA2 al ácido graso en crecimiento terminando la elongación con una longitud de cadena de carbono de 14 o menos gracias a la tioesterasa II, una enzima específica de la glándula mamaria, en lugar de 16 carbonos, como ocurre en el hígado. La síntesis y secreción de 10:0, 12:0 y 14:0 en la leche se incrementa en las mujeres lactantes que consumen dietas altas en carbohidratos, mientras que la secreción de ácidos grasos insaturados de cadena de 18 carbonos, que se deriva de la absorción del plasma, se reduce (4, 9, 10). En general, los cambios recíprocos en los ácidos grasos de cadena media derivados de las glándulas mamarias (MCFA) y los ácidos grasos insaturados derivados del plasma permiten mantener el contenido de grasa de la leche en condiciones de ingestión de grasas y carbohidratos dietéticos maternos variables. Los niveles de ácidos grasos insaturados, incluyendo 18:1 (n-9), 18:2 (n-6), 18:3 (n-3), 20:5 (n-3), 22:6 (n-3), y los ácidos grasos trans en la leche humana, sin embargo, varían ampliamente, siendo la composición materna de la grasa dietética uno de los factores más importantes que contribuyen a las diferencias en los niveles de ácidos grasos insaturados en la leche de diferentes mujeres (4, 8, 11-14). Por contra, los niveles de 16:0 en la leche de las mujeres en diferentes países y con diferentes dietas es relativamente constante entorno al 20-25% de los ácidos grasos de la leche, independientemente de las diferencias en el contenido de grasa de la dieta materna o su composición. Las posibles excepciones incluyen niveles más bajos (sobre un 14-18%) de 16:0 descritos para la leche de mujeres en Gambia (15), algunos veganos y vegetarianos (16, 17) y los inuit del Ártico (18).
[2] Uso del lactato por las células cerebrales y su papel en el desarrollo del SNC.
Medina JM, Tabernero A. - J Neurosci Res. 2005 1 - 15 de enero; 79 (1 - 2): 2 - 10.
Tipo de evidencia: Revisión de experimentos en humanos y ratas.
"Se producen cambios sorprendentes en el suministro de combustible a los tejidos durante el período perinatal, debido a que el suministro transplacentario de nutrientes termina con un período de hambre postnatal (período de prelactancia) seguido de la adaptación a una dieta rica en grasa."
[...]
"Los cuerpos cetónicos son un importante combustible para el cerebro durante el período de lactancia y, por tanto, la estimulación de la cetogénesis al nacer es un evento metabólico de importancia en la adaptación del recién nacido a la vida extrauterina. La cetogénesis está activa en el hígado fetal humano al final de la gestación, mientras que la actividad de las enzimas cetogénicas aumentan bruscamente inmediatamente después del nacimiento en la rata (Hahn y Novak, 1985. Bougneres y colaboradores, 1986). Además de la modulación de las actividades enzimáticas, el control de la cetogénesis también depende de la disponibilidad de ácidos grasos. Las concentraciones de ácidos que se producen después del parto se deben a la descomposición del triacilglicerol en el tejido adiposo blanco presente en los recién nacidos humanos, pero en la rata, debido a la falta de tejido adiposo blanco, los ácidos grasos plasmáticos provienen principalmente de la hidrólisis de triacilgliceroles de la leche materna. Sin embargo, en ambas especies, una vez que la lactancia se activa, los ácidos grasos provienen de la hidrólisis intestinal de triacilgliceroles de la leche, que pueden ser absorbidos directamente sin necesidad de pasar a través de la linfa (Aw y Grigor, 1980)."
[...]
"El aumento de la actividad de las enzimas cetogénicas, junto con el aumento de la disponibilidad de ácidos grasos que ocurre inmediatamente después del parto, dan como resultado el aumento de la capacidad cetogénica del hígado (Girard, 1990). De hecho, las concentraciones plasmáticas de cetonas son el principal factor que controla la tasa de utilización de los cuerpos cetónicos por los tejidos neonatales (Robinson y Williamson, 1980). Además, las actividades de las enzimas implicadas en la utilización de cuerpos cetónicos aumentan durante los primeros días de vida extrauterina, como en la rata (Page y colaboradores, 1971), o ya están inducidos durante la gestación temprana, como en el cerebro humano (Patel y colaboradores, 1975). Por otra parte, el cerebro de rata recién nacida contiene acetoacetil-CoA sintetasa, una enzima única que permite incorporar a los lípidos una parte importante de los átomos de carbono de los cuerpos cetónicos a través de una vía citosólica altamente eficaz (Williamson y Buckley, 1973). Existe una fuerte correlación entre la síntesis de lípidos y la actividad de esta enzima durante el desarrollo del cerebro (Yeh y Sheehan, 1985). También, el transporte de cuerpos cetónicos a través de la barrera hematoencefálica utilizando el portador de monocarboxilato es máximo durante el período de lactancia, de acuerdo con la idea de que los cuerpos cetónicos desempeñan un papel importante en el desarrollo del cerebro (Cremer, 1982, Conn y colaboradores). Los cuerpos cetónicos son utilizados por el cerebro recién nacido como fuente de energía y como estructuras de carbono, y se incorporan a los ácidos grasos, esteroles, acetilcolina y aminoácidos (Robinson y Williamson, 1980; Bougneres y colaboradores, 1986). Sin embargo, los cuerpos cetónicos parecen ser la principal fuente de estructuras de carbono para la síntesis de esteroles durante el desarrollo cerebral y juegan un papel decisivo en la síntesis de estructuras cerebrales durante la mielinogénesis (Robinson y Williamson, 1980; Miziorko y colaboradores, 1990). Los cuerpos cetónicos son utilizados igualmente por neuronas, astrocitos y oligodendrocitos (Edmond y colaboradores, 1987; Lopes-Cardozo y colaboradores, 1989; Poduslo y Miller, 1991), lo que indica que son sustratos ubicuos para las células cerebrales. Sin embargo, la actividad de la acetoacetil-CoA sintetasa es más alta en los oligodendrocitos que en las neuronas o astrocitos, lo que confirma el papel especial de los oligodendrocitos en la mielinogénesis (Pleasure y colaboradores, 1979; Lopes-Cardozo y colaboradores, 1989; Poduslo y Miller, 1991)."
[3] Adaptación metabólica al nacer.
Ward Platt M, Deshpande S. - Semin Fetal Neonatal Med. 2005 Aug; 10 (4): 341-50.
Tipo de evidencia: Revisión de experimentos.
"Se ha demostrado que durante las primeras 8 horas después del nacimiento los recién nacidos tienen concentraciones plasmáticas de cetonas bastante bajas, a pesar de los niveles adecuados de ácidos grasos libres precursores (FFA), lo que refleja una capacidad limitada para la cetogénesis hepática. A partir de las 12 horas, los bebés sanos a término muestran altas tasas de conversión de cetonas (12e 22 mmol kg/min) que se aproximan a las encontradas en adultos después de varios días de ayuno (14) y durante los días 2 y 3 después del parto exhiben altas concentraciones de cuerpos cetónicos cuantitativamente similares a las observadas después de un ayuno nocturno en niños mayores (15). Estas concentraciones de cuerpos cetónicos pueden representar hasta el 25% de las necesidades basales de energía del recién nacido durante ese tiempo, por lo que la cetogénesis vigorosa parece ser una parte integral de la adaptación metabólica extrauterina en el neonato humano a término."
[4] Uso del lactato por las células cerebrales y su papel en el desarrollo del SNC.
Medina JM, Tabernero A. - J Neurosci Res. 2005 1 - 15 de enero; 79 (1 - 2): 2 - 10.
Tipo de evidencia: Revisión de experimentos en humanos y ratas.
"Aunque el suministro de sustratos metabólicos se mantiene principalmente durante el período perinatal, existe una aparente falta de movilización de las reservas de energía inmediatamente después del parto, es decir, durante el período de prelactancia. En este período, el suministro materno de glucosa ha cesado y aún no han sido liberados sustratos alternativos. En la rata, los ácidos grasos provienen exclusivamente de la leche materna debido a la falta de tejido adiposo blanco al nacer, por lo que los ácidos grasos libres no están disponibles en la rata antes del inicio de la lactancia (Mayor y Cuezva, 1985; Girard, 1990). Sin embargo, en el caso de los recién nacidos humanos, la movilización de ácidos grasos ocurre inmediatamente después del nacimiento, aunque el inicio de la cetogénesis se retrasa, probablemente como consecuencia de un suministro limitado de carnitina, que se proporciona principalmente por la leche (Hahn y Novak, 1985; Schmidt-Sommerfeld y Penn, 1990). Además, la glucogenólisis y la gluconeogénesis no están activas inmediatamente después del nacimiento, dando como resultado concentraciones muy bajas de glucosa plasmática (Mayor y Cuezva, 1985; Girard, 1990). En estas circunstancias, el lactato puede jugar un papel importante como sustrato alternativo. De hecho, el lactato se acumula en la sangre fetal durante el período perinatal y se elimina rápidamente inmediatamente después del parto (Persson y Tunell, 1971, Juanes y colaboradores, 1986).
[5] Metabolismo del cuerpo cetónico en la madre y el feto.
Shambaugh GE 3er - Fed Proc. 1985 Abr; 44 (7): 2347 - 51.
Tipo de evidencia: Posiblemente se trata de una revisión. No pudimos obtener el texto completo, así que lo consideramos evidencia por autoridad.
"El embarazo se caracteriza por una rápida acumulación de lípidos durante la primera mitad de la gestación y la utilización de estos almacenes durante la segunda mitad de la gestación. La lipogénesis resulta de la ingesta dietética, una mayor respuesta de la insulina y una inhibición intensificada de la liberación de glucagón. Los niveles crecientes de lactógeno placentario y una mayor respuesta del tejido adiposo a hormonas lipolíticas adicionales equilibran la lipogénesis en el estado nutricional. La inanición materna en la gestación tardía disminuye la insulina y sobreviene la lipólisis. El drenaje continuo de la glucosa por el conceptus ayuda a convertir el hígado materno en un órgano cetogénico y los cuerpos cetónicos producidos a partir de ácidos grasos entrantes no solo son utilizados por la madre, sino que cruzan la placenta donde son utilizados por el feto de varias maneras: como combustible en lugar de la glucosa; como un inhibidor de la oxidación de la glucosa y el lactato, ahorrando glucosa para su disposición biosintética; y para la inhibición de la oxidación de cetoácido de cadena ramificada, maximizando así la formación de sus aminoácidos parentales. Los cuerpos cetónicos están ampliamente incorporados en varias clases de lípidos, incluyendo lípidos estructurales, así como lípidos para almacenaje de energía en tejidos fetales, y pueden inhibir el catabolismo proteico. Para finalizar, recientemente se ha demostrado mediante cortes cerebrales de rata que los cuerpos cetónicos inhiben la biosíntesis de novo de pirimidinas. Así, durante la inanición materna, los cuerpos cetónicos pueden maximizar las posibilidades de supervivencia tanto en el útero como durante la vida neonatal restringiendo la replicación celular y sosteniendo las reservas de proteínas y lípidos en los tejidos fetales."
[6] Metabolismo lipídico en el embarazo y sus consecuencias en el feto y el recién nacido.
Herrera, Emilio. - Endocrine, Volume 19, Number 1, October 2002, pp. 43 - 56 (14).
"Durante el embarazo temprano hay un aumento en la acumulación de la grasa corporal, asociada con la hiperfagia y el aumento de la lipogénesis. En la etapa final del embarazo se produce un desglose acelerado de los depósitos de grasa, que juega un papel clave en el desarrollo fetal. El feto se beneficia de dos productos: el glicerol y los cuerpos cetónicos. Aunque el glicerol cruza la placenta en pequeñas proporciones, es un sustrato preferente para la gluconeogénesis materna y la glucosa materna es el principal sustrato que cruza la placenta, a nivel cuantitativo. La transferencia de cetonas al feto permite que los cuerpos cetónicos maternos lleguen al feto, donde pueden ser utilizados como combustible para el metabolismo oxidativo, así como para los sustratos lipogénicos."
[...]
"El aumento de la gluconeogénesis del glicerol y la cetogénesis de la NEFA puede beneficiar al feto, que al final de la gestación está en su tasa máxima de acreción y aumenta sus requisitos de sustratos y combustibles metabólicos. El uso preferente de glicerol para la gluconeogénesis y la transferencia placentaria eficiente de la glucosa recién formada puede ser de gran importancia para el feto bajo condiciones de ayuno, momento en que se reduce la disponibilidad de otros sustratos esenciales tales como aminoácidos (30, 34). La transferencia placentaria de cuerpos cetónicos es altamente eficiente (35), llegando al plasma fetal al mismo nivel que en la circulación materna (29), y los cuerpos cetónicos pueden ser utilizados por el feto como combustible (36) y como sustratos para la síntesis de lípidos cerebrales (37)."
[7] Gluconeogénesis en la vida fetal tardía y neonatal temprana.
Girard J. - Biol Neonate. 1986; 50 (5): 237 - 58.
Tipo de evidencia: Posiblemente se trata de una revisión. No pudimos obtener el texto completo, así que lo consideramos evidencia por autoridad.
"El nacimiento en la mayoría de las especies de mamíferos representa un cambio abrupto, pasando de una dieta alta en carbohidratos y baja en grasas a una dieta alta en grasas y baja en carbohidratos. La gluconeogénesis está ausente del hígado del feto de madres bien alimentadas, pero puede ser inducida prematuramente por el ayuno prolongado de la madre. La gluconeogénesis aumenta rápidamente en el hígado de los mamíferos recién nacidos en paralelo con la aparición de la fosfoenolpiruvato carboxicinasa (PEPCK), la enzima que limita la velocidad de este procedimiento. El aumento del glucagón plasmático y la caída de la insulina plasmática que se producen inmediatamente después del nacimiento son los principales determinantes de la inducción hepática de PEPCK. Cuando la PEPCK hepática ha alcanzado su valor adulto, es decir, 24 horas después del nacimiento, otros factores se implican en la regulación de la gluconeogénesis hepática. Con el fin de mantener una alta tasa gluconeogénica, el hígado del recién nacido debe tener un suministro suficiente de sustratos gluconeogénicos y ácidos grasos libres. Una oxidación activa de ácidos grasos hepáticos es necesaria para apoyar la gluconeogénesis hepática proporcionando cofactores esenciales tales como acetil CoA y NADH. Se discute la relevancia de los estudios en animales para la comprensión de la homeostasis de la glucosa neonatal humana."
[8] Gluconeogénesis en el feto y neonato.
Kalhan S, Parimi P. - Semin Perinatol. 2000 Abr; 24 (2): 94 - 106.
Tipo de evidencia: Revisión de experimentos.
"Los estudios en sujetos humanos y animales han confirmado consistentemente la dependencia que el feto tiene de su madre respecto al suministro de glucosa, ya que el feto no produce glucosa mientras está en el útero en circunstancias fisiológicas normales. Sin embargo, la mayoría de las enzimas glucogenéticas y glicogenolíticas han demostrado estar presentes en la fase temprana del desarrollo fetal. La excepción es la carboxiquinasa piruvato fosfonol citosólica, que se expresa (al menos en la rata) inmediatamente después del nacimiento. 12-14 La aparición de la actividad enzimática gluconeogénica en el hígado en relación con el nacimiento en el feto de rata y el recién nacido se muestra en la figura 2. Como se ve, la actividad de la PC 6 y la glucosa-6-fosfatasa que se expresa en el feto son relativamente bajas al nacer y aumentan rápidamente a partir de entonces. La actividad de la fructosa 1,6-difosfatasa aumenta antes del nacimiento. La actividad de la carboxiquinasa está ausente en el feto y aumenta rápidamente inmediatamente después del nacimiento, por lo que la gluconeogénesis hepática está completamente ausente en el útero y aparece en el período inmediato del recién nacido 2,14,5. Sin embargo, puede inducirse en el útero por prolongada inanición materna, hipoglucemia prolongada en la madre o por inyección directa de adenosina monofosfato cíclico (cAMP) en el feto. 16-18 Además, algunos estudios han demostrado la incorporación de carbono trazador de lactato en glucosa en el feto de rata y de carbono de glutamina en glicógeno hepático en fetos de oveja. 4,5,19 El significado de estas últimas observaciones no está claro."
[9] Leche materna y desarrollo cognitivo - el papel de los factores de confusión: una revisión sistemática.
Walfisch A, Sermer C, Cressman A, Koren G. - BMJ Abierto. 2013 23 de agosto; 3 (8): e003259. doi: 10.1136 / bmjopen-2013-003259.
Tipo de evidencia: Metaanálisis.
"La asociación entre la lactancia materna y el desarrollo cognitivo del niño es conflictiva, pues los estudios informan de efectos positivos y nulos. Esta relación puede deberse a factores de confusión asociados a la lactancia materna, específicamente, la clase socioeconómica materna y el coeficiente intelectual.
Escenario y participantes: Se incluyó cualquier estudio prospectivo o retrospectivo, en cualquier idioma, que evaluara la asociación entre la lactancia materna y el desarrollo cognitivo utilizando un método validado en lactantes sanos a término, niños o adultos.
Medidas de resultado primarias y secundarias: Los datos extraídos incluyeron el diseño del estudio, la población objetivo y el tamaño de la muestra, la exposición a la lactancia materna, la herramienta de evaluación del desarrollo cognitivo utilizada y la edad de los participantes, el resumen de los resultados antes y después de corregir las variables de confusión y todas las variables de confusión corregidas. También se evaluó la calidad del estudio.
Resultados: 84 estudios cumplieron con los criterios de inclusión (34 calificados como de alta calidad, 26 de calidad moderada y 24 de baja calidad). La evaluación crítica de los estudios aceptados reveló las siguientes asociaciones: 21 nulas, 28 positivas, 18 nulas después de corregir las variables de confusión y 17 positivas-disminuidas después de corregir las variables de confusión. La direccionalidad del efecto se correlacionó con la calidad del estudio; sin embargo, los estudios que mostraron un efecto disminuido después del análisis multivariado fueron de calidad superior en comparación con otros grupos de estudio (14/17 de alta calidad, 82%). Además, los estudios que mostraron un efecto nulo o disminuido después del análisis multivariado corregían significativamente más variables de confusión (7,7 ± 3,4) en comparación con aquellos en que no se encontraron cambios después de la corrección (5,6 ± 4,5, p = 0,04). La mayoría de los estudios incluidos se realizaron durante la infancia (75%) en países de altos ingresos (85,5%).
Conclusiones: Gran parte del efecto reportado de la lactancia materna en el desarrollo neurológico infantil se debe a variables de confusión. Es poco probable que un trabajo adicional cambie la síntesis actual. Estudios futuros deben intentar controlar rigurosamente todas las variables de confusión importantes. Por su parte, los diseños de estudios sobre lactancia materna que utilizan cohortes de hermanos discordantes pueden arrojar conclusiones más sólidas."
[10] LILACS - Alimentación infantil y desarrollo mental y motor a los 18 meses de edad en los primogénitos únicos.
Florey CD, Leech AM, Blackhall A. - Int J Epidemiol. 1995; 24 Suppl 1: S21 - 6.
Tipo de evidencia: Observacional.
"OBJETIVO: Determinar la relación entre el tipo de alimentación infantil y el desarrollo mental y psicomotor a los 18 meses.
MÉTODO: Estudios de seguimiento de niños nacidos de primíparas residentes en Dundee y registrados en clínicas prenatales en Dundee (Distrito de la Autoridad Local) del 1 de mayo de 1985 al 30 de abril de 1986. La población del estudio fue de 846 sujetos, de los que 592 acudieron para la evaluación de su desarrollo a los 18 meses de edad. Las principales medidas de resultado fueron las Escalas Bayley de Desarrollo Infantil Mental y Motor.
RESULTADOS: Se relacionó significativamente un mayor desarrollo mental con la lactancia materna en el momento del alta hospitalaria y dos semanas después del alta según los registros de los sanitarios, además de la clase social de la pareja, el nivel académico de la madre, su estatura, su consumo de alcohol y tabaco, el peso de la placenta, el peso al nacer, la edad gestacional en el momento del nacimiento y el sexo de la criatura. Después de la corrección de las variables estadísticamente significativas, la diferencia en el índice de desarrollo mental de Bayley entre los lactantes alimentados con pecho y con biberón fue de entre 3,7 y 5,7 unidades dependiendo de la fuente de datos de alimentación. No se encontraron diferencias en el desarrollo psicomotor o el comportamiento.
CONCLUSIÓN: El estudio proporciona evidencia adicional de una fuerte asociación estadística entre el tipo de alimentación y la inteligencia infantil. Sin embargo, la literatura está repleta de sugerencias para posibles variables de confusión que ofrecen explicaciones causales alternativas. Para desentrañar lo que es una importante cuestión clínica y de salud pública, las investigaciones adicionales deberían concentrarse en ensayos aleatorios de alimentación con suplementación de fórmula en madres que optan por la alimentación con biberón y en estudios epidemiológicos diseñados para desentrañar la relación entre el método de alimentación, la inteligencia de los padres y el entorno social."
[11] Alimentación infantil y cognición infantil a edades de 3 y 7 años: Efectos de la duración y exclusividad de la lactancia materna.
Belfort MB, Rifas-Shiman SL, Kleinman KP, Guthrie LB, Bellinger DC, Taveras EM, Gillman MW, Oken E. - JAMA Pediatr. 2013 Sep; 167 (9): 836-44.
Tipo de evidencia: Observacional.
"La lactancia materna puede beneficiar el desarrollo cognitivo del niño, pero pocos estudios han cuantificado la duración o la exclusividad de la lactancia materna, y ningún estudio hasta la fecha ha examinado el papel que juega en la cognición del niño la dieta materna durante la lactancia.
OBJETIVOS: Examinar la relación entre la duración y exclusividad de la lactancia materna y la cognición del niño a los 3 y 7 años de edad, y evaluar hasta qué punto la ingesta de pescado durante la lactancia modifica la asociación de alimentación infantil con la cognición posterior.
DISEÑO, AJUSTE Y PARTICIPANTES: Estudios prospectivos de cohortes (Project Viva), una cohorte estadounidense prebatal que registró a las madres desde el 22 de abril de 1999 al 31 de julio de 2002 y siguió a los niños hasta los 7 años, incluyendo 1312 madres y niños.
EXPOSICIÓN PRINCIPAL: Duración de la lactancia hasta los 12 meses.
RESULTADOS Y MEDIDAS PRINCIPALES: Lenguaje receptivo de los niños evaluado con el Peabody Picture Vocabulary Test a los 3 años de edad, evaluación de habilidades motoras visuales mediante el Wide Range Assessment of Visual Motor Abilities a las edades de 3 y 7 años, y evaluación de memoria y aprendizaje mediante el Kaufman Brief Intelligence Test y el Wide Range Assessment of Memory and Learning a los 7 años.
RESULTADOS: Teniendo en cuenta la sociodemografía, la inteligencia materna y el entorno familiar, una duración mayor de la lactancia materna se asoció con una mayor puntuación en el Peabody Picture Vocabulary Test a los 3 años de edad (0,21; IC del 95%, 0,03-0,38 puntos por mes amamantado) y con una mayor inteligencia según la escala de Kaufman Brief Intelligence Test a los 7 años (0,35; 0,16-0,53 puntos verbales por mes amamantado y 0,29; 0,05-0,54 puntos no verbales por mes amamantado). La duración de la lactancia materna no obtuvo asociaciones en lo que se refiere a la prueba Wide Range Assessment of Memory and Learning. Los efectos beneficiosos de la lactancia materna a los 3 años de edad según el Wide Range Assessment of Visual Motor Abilities parecían mayores para las mujeres que consumían 2 o más raciones de pescado por semana (0,24; 0,00-0,47 puntos por mes amamantado) en comparación con menos de 2 raciones de pescado por semana (-0,01; -0,22 a 0,20 puntos por mes amamantado) (P = 0,16 para la interacción).
CONCLUSIONES Y RELEVANCIA: Nuestros resultados apoyan una relación causal de la duración de la lactancia materna con el lenguaje receptivo y la inteligencia verbal y no verbal en el futuro."
[12] Un estudio de cohortes sobre lactancia materna completa y desarrollo neuropsicológico infantil: el papel de los factores maternos sociales, psicológicos y nutricionales.
Julvez J, Guxens M, Carsin AE, Forns J, Mendez M, Turner MC, Sunyer J. - Dev Med Child Neurol. 2014 Feb; 56 (2): 148 - 56. doi: 10.1111 / dmcn.12282. Epub 2013 Oct 1.
Tipo de evidencia: Observacional.
"OBJETIVO: Este estudio investigó si la duración completa de la lactancia materna está asociada con el desarrollo neuropsicológico infantil y si esta asociación se explica por factores sociales, psicológicos y nutricionales familiares.
MÉTODO: Los participantes en este estudio fueron una cohorte de nacidos de la ciudad de Sabadell (Cataluña, España). Las mujeres fueron incorporadas al estudio durante el primer trimestre del embarazo entre julio de 2004 y julio de 2006. La información sobre las características de los padres y la lactancia materna se obtuvo a través de cuestionarios. La duración completa de la lactancia materna se clasificó como nunca, período corto (≤4 meses), período largo (4-6 meses) o período muy largo (>6 meses). Un psicólogo cualificado evaluó el desarrollo neuropsicológico de los niños a los 4 años de edad (n = 434) usando las escalas McCarthy Scales of Children's Abilities (MSCA).
RESULTADOS: La lactancia materna completa mostró una asociación independiente con las puntuaciones generales del niño en el MSCA después de corregir una serie de factores sociales, psicológicos y nutricionales (>6 meses, coeficiente = 7,4 [intervalo de confianza del 95% = 2,8-12,0] p = 0,011). La clase social de la madre, su nivel académico y su coeficiente intelectual también se asociaron con las puntuaciones neuropsicológicas de los niños, pero no explicaron las asociaciones con la lactancia materna. Los niveles de ácidos grasos omega-3 (n3) no se asociaron con las puntuaciones neuropsicológicas de los niños.
INTERPRETACIÓN: La lactancia materna a muy largo plazo se asoció de manera independiente con las funciones neuropsicológicas de los niños a los 4 años de edad. Los indicadores maternos de inteligencia, psicopatología y ácidos grasos del calostro n3 no explicaron esta asociación."
[13] La lactancia materna y las enfermedades alérgicas en los bebés: un estudio prospectivo de cohortes de nacimiento.
I Kull, M Wickman, G Lilja, S Nordvall, y G Pershagen - Arch Dis Child. 2002 Diciembre; 87 (6): 478 - 481. doi: 10.1136 / adc.87.6.478 PMCID: PMC1755833.
Tipo de evidencia: Observacional.
"Objetivos: Investigar el efecto de la lactancia materna sobre la enfermedad alérgica en niños de hasta 2 años de edad.
Métodos: Se siguió prospectivamente una cohorte de 4089 recién nacidos en Estocolmo, Suecia. La información sobre las diversas exposiciones se obtuvo mediante cuestionarios parentales cuando los niños tenían 2 meses de edad, y sobre los síntomas alérgicos y la alimentación a los 1 y 2 años de edad. La duración de la lactancia materna exclusiva y parcial se evaluó por separado. Se utilizaron definiciones relacionadas con los síntomas de diversas enfermedades alérgicas. La Odds Ratio (OR) y los intervalos de confianza del 95% (IC) se estimaron en un modelo de regresión logística múltiple. Se realizaron correcciones para posibles variables de confusión.
Resultados: Los niños alimentados exclusivamente con leche materna durante cuatro meses o más mostraron menos asma (7,7% v 12%, ORadj = 0,7; IC del 95%: 0,5 a 0,8), menos dermatitis atópica (24% vs. 27%; ORadj = 0,8; IC del 95% 0,7 a 1,0) y menor sospecha de rinitis alérgica (6,5% v 9%, ORadj = 0,7, IC del 95%: 0,5 a 1,0) a los 2 años de edad. Hubo una reducción significativa del riesgo de asma relacionada con la lactancia materna parcial durante seis meses o más (ORadj = 0,7, IC del 95%: 0,5 a 0,9). En el 6,5% de los niños se encontraron tres o más de cinco posibles trastornos alérgicos: asma, sospecha de rinitis alérgica, dermatitis atópica, síntomas relacionados con alergias alimentarias y sospecha de síntomas respiratorios alérgicos por exposición a animales de compañía o polen. La lactancia materna exclusiva evitó que los niños tuvieran una enfermedad alérgica múltiple (ORadj = 0,7, IC del 95%: 0,5 a 0,9) durante los dos primeros años de vida.
Conclusión: La lactancia materna exclusiva parece tener un efecto preventivo sobre el desarrollo temprano de la enfermedad alérgica, es decir, el asma, la dermatitis atópica y la sospecha de rinitis alérgica, hasta los 2 años de edad. Este efecto protector también fue evidente para la enfermedad alérgica múltiple."
[14] ¿La lactancia materna influye en el riesgo de desarrollar diabetes mellitus en los niños? Una revisión de la evidencia actual.
Pereira PF, Alfenas Rde C, Araújo RM. - J Pediatr (Rio J). 2014 Jan - Feb; 90 (1): 7 - 15. doi: 10.1016 / j.jped.2013.02.024. Epub 2013 Oct 16.
Tipo de evidencia: Revisión de estudios observacionales.
"El objetivo de este estudio fue realizar una revisión para investigar la influencia de la lactancia materna como un agente protector contra el inicio de la diabetes en los niños.
Fuentes de revisión no sistemática de las bases de datos SciELO, LILACS, MEDLINE, Scopus y BVS, y selección de los 52 estudios más relevantes. Se analizaron un total de 21 artículos específicos sobre el tema, 9 relacionados con la diabetes tipo 1 y 12 con la diabetes tipo 2.
Variables como la duración y la exclusividad de la lactancia materna, así como el uso temprano de la leche de vaca, han demostrado ser importantes factores de riesgo para desarrollar diabetes. Se cree que la leche humana contiene sustancias que promueven la maduración del sistema inmunológico y que protegen contra el inicio de la diabetes tipo 1. Además, la leche humana tiene sustancias bioactivas que promueven la saciedad y el equilibrio energético, evitando el exceso de peso durante la infancia, protegiendo así contra el desarrollo de la diabetes tipo 2. Aunque los beneficios antes mencionados no han sido observados por algunos investigadores, las inexactitudes en los informes de hábitos alimentarios durante la infancia y la presencia de factores de interferencia se han considerado responsables de la falta de identificación de los efectos beneficiosos.
En conclusión, dada la evidencia científica indicada en la mayoría de los estudios publicados, se cree que la falta de lactancia materna puede ser un factor de riesgo modificable para la diabetes tipo 1 y tipo 2. Los profesionales sanitarios deben emplear estrategias dirigidas a la promoción y el apoyo de la lactancia materna para prevenir la aparición de la diabetes."
[15] Lactancia materna y riesgo de epilepsia en la infancia: estudio de cohorte de nacimientos.
Sun Y, Vestergaard M, Christensen J, Olsen J. - J Pediatr. 2011 Jun; 158 (6): 924-9. doi: 10.1016 / j.jpeds.2010.11.035. Epub 2011 Jan 13.
Tipo de evidencia: Observacional.
"OBJETIVO: Averiguar si la lactancia materna reduce el riesgo de epilepsia en la infancia.
DISEÑO DEL ESTUDIO: Se incluyeron 69.750 nacidos únicos entre septiembre de 1997 y junio de 2003 a partir de la Cohorte Danesa Nacional de Nacimientos y se observaron hasta agosto de 2008. La información sobre lactancia materna fue reportada por las madres en dos entrevistas telefónicas asistidas por ordenador a los 6 y 18 meses tras el nacimiento. La información sobre la epilepsia (pacientes hospitalizados y ambulatorios) se obtuvo del registro del Hospital Nacional de Dinamarca. Se utilizaron los modelos de regresión de riesgos proporcionales de Cox para estimar las tasas de incidencia y los IC del 95%.
RESULTADOS: La lactancia se asoció con un menor riesgo de epilepsia, mostrando un patrón de dosis-respuesta. Por ejemplo, los niños amamantados de 3 a 5, 6 a 8, 9 a 12 y ≥ 13 meses tuvieron un riesgo de epilepsia menor en un 26%, 39%, 50% y 59% tras el primer año de vida, comparados con niños que fueron amamantados durante menos de un mes. La asociación se mantuvo cuando se excluyeron a los niños que presentaban condiciones neonatales adversas o que fueron expuestos a condiciones maternas adversas durante el embarazo.
CONCLUSIONES: El efecto protector de la lactancia materna puede ser causal. La lactancia materna puede disminuir la epilepsia en la infancia, lo que suma otra razón para amamantar."
[16] Factores nutricionales que afectan a la adaptación metabólica postnatal de niños pequeños y mayores, de edad gestacional a término.
Rooy L, Hawdon J. - Pediatrcs. 2002 Mar; 109 (3): E42.
Tipo de evidencia: Experimentos humanos controlados.
"Según nuestro resumen estadístico, la media de los picos de concentración de cuerpos cetónicos (cc) es significativamente mayor en el grupo de lactancia materna en comparación con otros grupos de alimentación, habiendo analizado por separado a los niños del grupo SGA (pequeño para su edad gestacional). Se exploró la relación entre la concentración de glucosa en sangre y la respuesta de cc, encontrando que la concentración de cc se relacionaba con el nivel más bajo de glucosa en sangre en los niños mayores de 24 horas de edad (Fig 3, Tabla 6). Especialmente en lo que se refiere a valores bajos de glucosa en sangre, los bebés que reciben leche materna muestran algunos de los valores más altos de concentración de cc de sangre. Nuestros datos muestran que la alimentación exclusiva con fórmula no protege necesariamente contra los bajos niveles de glucosa en sangre. Por lo tanto, los niños SGA alimentados con fórmula podrían estar en doble riesgo, presentando ambos valores bajos, tanto los de glucosa en sangre como una respuesta de cc reducida. Ningún niño con lactacia materna presentó a la vez niveles bajos de glucosa en sangre y de cc. En los bebés LGA (grande para la edad gestacional), los bajos valores de glucosa en sangre fueron compensados por concentraciones de cc similares a los encontrados en niños AGA (apropiado para la edad gestacional)."
[...]
"Los estudios en animales mamíferos han demostrado que la inducción postnatal de las enzimas involucradas en la β-oxidación dentro de las mitocondrias requiere la presencia de ácidos grasos de cadena larga. El sistema de carnitina palmitoiltransferasa, que controla el movimiento de los ácidos grasos de cadena larga en las mitocondrias, representa una limitación de la velocidad en la cetogénesis en la rata lactante. Los ácidos grasos de cadena larga desempeñan un papel fundamental en la regulación postranscripcional de la carnitina palmitoiltransferasa. Especulamos con que, durante el período postnatal inmediato, existe un factor presente en la leche materna pero ausente en la fórmula, que aumenta la cetogénesis en neonatos humanos. La carnitina es conocida por desempeñar un papel principal en la β-oxidación de las grasas: es responsable del transporte de la grasa acil-coenzima A a través de la membrana mitocondrial interna. Durante el período de lactancia, la demanda de carnitina supera la tasa de síntesis endógena hasta en un 50%. De hecho, los lactantes sanos a término alimentados con fórmulas carentes de carnitina mostraron una reducción en la cetogénesis y una acumulación de precursores de ácidos grasos en el plasma. Aunque las fórmulas derivadas de la leche materna (y de la leche de vaca) contienen cantidades equivalentes de carnitina, es posible que existan diferencias significativas en la biodisponibilidad. En comparación con los sujetos de control amamantados, los lactantes que recibieron una fórmula estándar no suplementada con carnitina demostraron marcadores de la deficiencia de carnitina. Además, planteamos la hipótesis de que las altas ingestas de energía y proteínas asociadas con la alimentación temprana de fórmula pueden "apagar" la importante oleada de glucagón, fundamental para la regulación de la disponibilidad energética en el período postnatal inmediato."
Encontrarás el documento original en inglés en el blog ketotic.org. Traducido y publicado con permiso de sus autores.
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Amber es escritora y conferenciante sobre dietas bajas en carbohidratos, y está especializada en la dieta carnívora. Puedes encontrar más información en su blog de información personal www.empiri.ca.
Documentos de Amber O'Hearn publicados en Crianza Natural