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Coronavirus, lactancia y embarazo

Publicado el jueves, 12 de marzo de 2020. Revisado el jueves, 12 de marzo de 2020.
Autor: Rosa Sorribas
Tiempo medio de lectura: 11 minutos y 35 segundos

A pesar de que ya hay mucha información sobre el coronavirus en las redes, sois muchas las que nos habéis preguntado que aportemos algo más. Como no somos ni inmunólogas, ni sociólogas, ni periodistas, vamos a daros algunos detalles para aportar algo de luz a tanta variedad de información resumiendo lo que indican las principales entidades y profesionales.

¿Cuál es el problema más grave que presenta esta pandemia?
La saturación de los servicios sanitarios. Según Marc Lipsitch, profesor de epidemiología en Harvard, entre el 20% y el 60% de la población mundial acabará infectándose. ¿Por qué tanta variación? Hasta ahora, el 80% de los afectados han superado la infección de forma muy leve, tanto que es posible que ni se les haya contado como enfermos. Sin embargo, y como ocurre con todas las gripes, otras personas lo están pasando bastante mal, hasta tal punto de que, si ya había una patología previa, pueden llegar a morir. Por eso, Carl Bergstrom, un biólogo de la Universidad de Washington, ha mostrado este gráfico, creado originariamente por el CDC (Centro de Control de Enfermedades Estadounidense), con el hashtag #FlattenTheCurve:

Puedes verlo más claro en este vídeo/gif y en este enlace tenéis además más información. La idea es aplanar la curva de los casos nuevos. Si no se hace nada, como ocurrió al principio en Wuhan o en Italia o como está pasando también en España, la cantidad de infectados puede ser muy alta en poco tiempo al ser un virus con una propagación tan extraordinaria. En cambio, si se establecen medidas, de igual forma se acabarán infectando todos los previstos (o incluso más), pero será más tratable. Algunos dicen que ya llegamos tarde; otros, que algo se tiene que hacer. ¿Cómo? No moviéndonos. Quedándonos en casa durante dos semanas y aislándonos del mundo si estamos infectadas. Este médico español en Milán lo explica muy bien:

¿Qué pasa si estoy embarazada?
Como cualquier otra infección vírica, hay que vigilar si el parto se produce durante el momento de infección activa. Se diferencian los casos confirmados por laboratorio de aquellos probables. De todos modos, como hemos comentado, en algunos lugares no se está evaluando si realmente la enfermedad que está sufriendo la paciente es debida al COVID-19 o no. En Corea del Sur se ha estado controlando a 10 mil personas por día, mientras que en Italia el porcentaje es mucho menor, de ahí la diferencia de resultados que algunos indican. Así como en Corea se han detectado muchos ciudadanos infectados y un porcentaje de fallecidos bajo, en Italia no se han detectado tantas infecciones porque no se han realizado tantas pruebas. En caso de embarazo es imprescindible salir de dudas. Si el bebé ya ha nacido, algunas entidades, como la Sociedad Española de Neonatología, recomiendan el aislamiento del bebé de su madre y la supresión de la lactancia, además de mantener la vigilancia del bebé. Se recomienda, además, el clampaje inmediato del cordón umbilical y evitar el contacto piel con piel. Pero, ¿qué evidencia hay de que estas medidas supongan un beneficio frente a los demostradísimos factores protectores de la lactancia materna, el pinzamiento óptimo y el contacto piel con piel? Ninguno. Todas las pruebas que se han hecho para determinar si el virus aparece en la leche materna de madres contaminadas han dado negativas. En algunos casos se ha visto un posible efecto adverso en los recién nacidos, mientras que algunos investigadores y profesores relevantes se preguntan porqué se están dando estas directrices. Además, es posible que la mujer esté en el periodo de incubación y no muestre síntomas hasta después del parto. El periodo de incubación es de 0-14 días (media de 5-6 días), así que estas medidas deberían ser más cuidadosas y generalizadas para evitar lo que hemos comentado anteriormente sobre la curva.

¿Qué dice la Sociedad Española de Ginecología y Obstetrícia?
Evaluar caso por caso multidisciplinarmente por si es adecuado finalizar el embarazo. Para reducir el riesgo de transmisión vertical, recomienda el clampaje inmediato del cordón umbilical, evitar el contacto piel con piel, y no dar lactancia materna hasta que se disponga de más datos acerca de su seguridad. También se han de valorar los riesgos y beneficios de separar temporalmente la madre del recién nacido según la severidad de la infección, signos y síntomas y de los resultados de los análisis de laboratorio. Si están juntos, colocar al bebé a más de 2 metros de la madre y, cuando la distancia sea inferior, usar mascarilla quirúrgica y guantes, y realizar higiene de manos antes y después de cualquier contacto con el bebé. En cuanto a la lactancia, se remiten al CDC, que recomienda la lactancia diferida con una higiene muy escrupulosa. También mencionan al grupo de expertos chinos que recomiendan la supresión de la lactancia materna hasta que las madres y la leche den negativo para la infección. Todas estas decisiones deberán consensuarse entre la paciente y el equipo en base a los conocimientos de cada momento, tanto de la evidencia científica como del estado de salud de la madre y el bebé.

¿Qué dice el Centro de Control de Enfermedades estadounidense?
Indica que las mujeres embarazadas son más susceptibles a las infecciones respiratorias virales, con lo que deben seguir las acciones preventivas habituales, y que no se ha detectado ningún caso de transmisión durante el embarazo ni en la leche materna. En cuanto a la lactancia, recomienda que la mujer con gripe continúe con ella o le dé su leche extraída y que tome las debidas precauciones para no transmitir el virus a su bebé.

¿Qué dice la Asociación Escandinava de Ginecología y Obstetrícia?
Establece que las mujeres sospechosas deben ser aisladas, investigadas y tratadas individualmente en consonancia con los resultados. El aislamiento del bebé, así como el clampaje temprano y la supresión de la lactancia directa, son los tratamientos recomendables, ofreciendo apoyo para que la madre se extraiga la leche y sea administrada por un cuidador sano.

¿Qué dice el Real Colegio Británico de Ginecólogos y Obstetras?
Parece que, aunque ha habido un caso de posible transmisión vertical, es muy raro que el bebé se contagie durante el embarazo. Ni la placenta, ni el líquido amniótico, la sangre del cordón, las muestras de la garganta del bebé o de leche materna dieron resultados positivos. La transmisión parece producirse únicamente tras el parto. No hay evidencia de ningún efecto del virus sobre el proceso del parto, ni tampoco congénito o del desarrollo fetal. Si la madre tenía previsto un parto domiciliario, se recomienda acudir a un centro para monitorizar de forma continua al bebé, si bien esta recomendación puede variar a medida que haya más evidencia disponible. Se puede utilizar epidural, aunque el Entonox necesita un filtro especial. Como no hay evidencia disponible que indique lo contrario, recomiendan retrasar el clampaje del cordón y seguir el procedimiento habitual. La cantidad de personal en la sala de partos debe ser la mínima imprescindible y ha de usar el material protector adecuado. En el caso de una cesárea programada o de un parto inducido, habría que evaluar si es conveniente retrasarlo. Hay que tener en cuenta estas medidas no solo por las consecuencias para la mujer, sino también para evitar el posible riesgo de contagio a otras mujeres, al personal sanitario y a su bebé. Tras el parto, todos los bebés de madres con contagio confirmado o sospechoso deben ser también verificados. A pesar de que en China se recomienda la separación madre-bebé durante 14 días, se considera que es una medida que conlleva efectos potencialmente perjudiciales sobre la alimentación y el vínculo, por lo que, de acuerdo con la actual evidencia, prefieren recomendar estar juntos con un seguimiento exhaustivo. En cuanto a la lactancia, a pesar de que en los seis casos chinos analizados no se detectó el virus, el riesgo más importante se basa en que le pueda contagiar al estar cerca, al respirar, toser o estornudar. Como aun así la lactancia supera cualquier riesgo de transmisión, se recomienda extremar las medidas cuando la madre sostenga al bebé al darle el pecho: lavándose las manos antes, usando una mascarilla, limpiando profundamente el material si se extrae leche y, si es posible, que alguien sano se la dé. El sacaleches debe ser específico para ella si lo usa en el hospital.

¿Qué dice la Liga de la Leche Internacional?
Si la madre se infecta cuando está dando el pecho al bebé o niño pequeño, es importante no interrumpir la lactancia. El bebé ya se ha expuesto al virus y necesita la protección de la leche materna. Además, como ya saben muchas madres, un destete brusco es una situación de estrés muy dura y poco aconsejable en este entorno. Por otro lado, el abandono de la lactancia puede hacer que el bebé enferme más o que enferme si no lo estaba. Si la madre enfermara tanto que tuviera que hospitalizarse, el bebé debería continuar con la lactancia el máximo posible, sea directamente o en diferido. La madre debería sacarse leche a mano o con un sacaleches dedicado.

¿Qué dice UNICEF?
"La madre puede seguir amamantando a su bebé siempre y cuando tome todas las precauciones necesarias. Si una madre presenta síntomas, pero se encuentra lo suficientemente bien como para amamantar a su bebé, deberá llevar mascarilla siempre que esté cerca de él (por ejemplo, mientras lo esté amamantando), lavarse las manos antes y después de tener contacto con el niño (también mientras lo está amamantando), y limpiar o desinfectar superficies que puedan estar contaminadas. Estas medidas de precaución han de seguirse en todo momento si una persona que sabe que está infectada del COVID-19 o sospecha que podría estarlo se relaciona con otras personas, como por ejemplo, niños.

Si una madre está muy enferma, es recomendable que se extraiga la leche para dársela al bebé en un vasito y/o con una cuchara limpia, siguiendo en todo momento las mismas medidas de prevención de la infección."

¿Qué dice la AELAMA, Asociación Española de Lactancia Materna?
Debe evitarse la separación de la madre y el recién nacido facilitando el inicio y mantenimiento de la lactancia materna directamente al pecho. Para reducir el riesgo de transmisión al bebé, la madre deberá adoptar acciones preventivas, como la higiene exhaustiva de manos y el uso de mascarilla. La decisión de separar o no a la madre y su bebé debe adoptarse para cada familia de forma individualizada, teniendo en cuenta la situación clínica, los deseos de los padres y otras circunstancias como la situación logística del hospital. La separación rutinaria y la retirada de la lactancia materna de forma sistemática conlleva, según el conocimiento actual, más riesgos que beneficios.

¿Qué dice e-lactancia?
Básicamente lo mismo.

¿Qué dice la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria?
Pone énfasis en que un bebé no es un adulto, que no le puedes poner una mascarilla ni lavarle las manos tan a menudo. Por suerte, nos informan de que es muy raro que se contagien y, si lo hacen, pasan la enfermedad de forma muy leve. Deberían estar alejados al menos 2 metros de los demás y se debe ser muy cuidadoso con la higiene de todo su entorno. No se indica nada de la lactancia.

¿Qué dice el Instituto de Salud Carlos III?
Ofrece acceso a muchos lugares fiables de información, tanto nacionales como internacionales, pero no indica nada específico sobre la lactancia o embarazo que hayamos encontrado.

¿Pero no se está minimizando la gravedad de la enfermedad?
Como hemos dicho al principio, hay personas que a penas van a mostrar síntomas, mientras otras van a pasarlo francamente mal e incluso morir (por ejemplo, el médico chino que lo descubrió o el director del hospital principal de Wuhan). Además, la manera de evaluar si la población está infectada o no da resultados muy dispares, como hemos dicho en el caso de Italia o Corea del Sur. Parece que todos coinciden en que la mayoría de población que fallece es de avanzada edad o con graves problemas, y que el porcentaje final es muy variable.

¿Realmente hay muchos intereses en magnificar el peligro?
En realidad la enfermedad en sí no es el problema, sino la facilidad de contagio tan elevada y el colapso del sistema sanitario. Como explica el médico español en Milán mencionado anteriormente, el problema no es tanto la gente enferma de este virus, sino la incapacidad del sistema de cuidar de TODOS: no solo de los enfermos de COVID-19, sino de todos los demás que necesitan asistencia médica. Y que, aunque el sistema sanitario español sea el más eficiente de Europa y el tercero mejor del mundo a pesar de los recortes y privatizaciones, no es infinito.

Más información:


Sobre Rosa Sorribas
Rosa Sorribas es consultora de lactancia certificada internacional (IBCLC), doula y fundadora de Crianza Natural. Ha impartido cursos y conferencias sobre temas de lactancia, crianza y porteo.

Documentos de Rosa Sorribas publicados en Crianza Natural

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