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Cólicos en el bebé alimentado con leche materna

Publicado el domingo, 06 de abril de 2008. Revisado el domingo, 06 de abril de 2008.
Autor: Jack Newman
Tiempo medio de lectura: 9 minutos y 3 segundos

El cólico es un misterio de la naturaleza. Nadie sabe realmente lo que es, pero todos tienen una opinión al respecto. En una situación típica, el bebé comienza a tener períodos de llanto más o menos dos o tres semanas después de nacido. Esto ocurre generalmente al atardecer y terminan aproximadamente a los 3 meses de edad del bebé (ocacionalmente más tarde). Cuando el bebé llora, por lo general está inconsolable, aunque si lo pasea, lo mece o lo lleva en sillita o en el coche puede mejorarse temporalmente. Para que sea considerado cólico es necesario que el bebé esté aumentando bien de peso y que se vea saludable.

La noción del cólico se ha propagado tanto, que cualquier estado de inquietud o llanto del bebé se atribuye al cólico, y esto puede ser válido, ya que nadie sabe lo que es un cólico. No hay un tratamiento específico para el cólico, aunque se han intentado muchos medicamentos y estrategias de comportamiento, pero sin un beneficio comprobado. Admitimos que siempre alguien sabe de una persona que curó a su bebé de cólico de cierta forma. También admitimos que casi todos los tratamientos parecen servir, de forma temporal.

Bebés alimentados con leche materna que sufren de cólicos
Aparte del cólico que pueda tener cualquier bebé, se conocen tres situaciones en las que el bebé alimentado con leche materna puede estar quisquilloso o "cólico". De nuevo, se asume que el bebé está aumentando de peso adecuadamente y que está saludable.

1. Alimentar al Bebé de Ambos Pechos en Cada Toma
La leche humana cambia durante la alimentación. Una de las formas en la que esta cambia es en el incremento de grasa a medida que el bebé lacta del mismo pecho. Si la madre pasa al bebé de un pecho al otro durante la toma antes de que el bebé haya "terminado", el bebé puede estar recibiendo una baja cantidad de grasa durante la lactancia. Como resultado, el bebé recibe menos calorías y, por lo tanto, se alimenta con mayor frecuencia. Si el bebé toma bastante leche (para compensar la reducida concentración de calorías), es posible que la regurgite. Debido al nivel bajo de grasa en la leche, el estómago se vacía rápidamente y llega al intestino una gran cantidad de lactosa (el azúcar de la leche). La proteina que ayuda a digerir el azúcar (la lactasa) no puede procesar de repente tanto azúcar y el bebé tendrá los síntomas de una intolerancia a la lactosa: llanto, gases y deposiciones explosivas, aguadas y verdosas. Esto puede suceder incluso durante la alimentación, aunque estos bebés no presentan intolerancia a la lactosa propiamente. Tienen problemas con la lactosa por la clase de información que reciben las mujeres sobre la lactancia materna. Esta no es una razón para cambiar a una fórmula sin lactosa.

No controle el tiempo de las tomas. Las madres de todo el mundo han alimentado a sus bebés de forma exitosa sin haber controlado el tiempo. Los problemas de lactancia son mayores en sociedades donde todos tienen un reloj que en aquellas que no lo tienen.

La madre debe alimentar al bebé de un pecho, mientras que el bebé se siga alimentado o hasta que el bebé se retire por sí mismo o se duerma. Si el bebé se alimenta solamente por un rato corto, la madre puede comprimir su pecho para que el bebé continúe lactando. El bebé puede permanecer en el pecho materno durante horas, aunque realmente tome leche solo durante unos pocos minutos. En este caso, la leche que tomó el bebé puede ser relativamente baja en grasa. Esta es la razón para comprimir el pecho. Si, después de "terminar" del primer lado el bebé aún quiere más, ofrézcale el otro lado.

En la siguiente toma, la madre debe comenzar del otro pecho, en la misma forma. El cuerpo de la madre se ajustará rápidamente al nuevo método, y no se le acumulará la leche en un solo pecho o se le agrandará un pecho más que el otro. No es necesaria una "regla" en el sentido de alimentar al bebé de ambos pechos en cada toma, como tampoco debe haber una regla para un pecho por toma. Deje que el bebé termine de un pecho (comprima la leche en su boca para que siga pasando leche por más tiempo) pero, si quiere más, ofrézcale el otro lado.

En algunos casos, puede ayudar alimentar al bebé dos o más veces de un lado antes de pasarlo al otro pecho para dos o más tomas. Este problema empeora si el bebé no está colocado al pecho adecuadamente. Una colocación apropiada al pecho es la clave para facilitar la alimentación con leche materna.

2. Reflejo Hiperactivo de Bajada de Leche
Un bebé que toma mucha leche muy rápidamente puede ponerse inquieto, muy irritable en el pecho y puede ser considerado "cólico". Típicamente, el bebé aumenta bien de peso, a veces después de unos segundos o minutos comienza a toser, atorarse y ponerse inquieto. Es posible que entonces se retire del pecho y por lo general derrame la leche de la madre. Después de esto, el bebé frecuentemente regresa al pecho, pero se ve molesto y se puede repetir la misma situación. Puede sentirse descontento por el flujo rápido de leche e impaciente cuando disminuye el flujo. Esta situación puede ser muy cansada para ambos. En raras ocasiones, un bebé puede llegar a rechazar el pecho después de varias semanas, por lo general sucede hacia los tres meses de edad.

¿Qué se puede hacer?

  • Si aún no lo ha hecho, trate de alimentar al bebé con un pecho por toma. En algunos casos, hacer lactar al bebé de un solo pecho hasta en dos o tres tomas, puede ser favorable. Si siente que está muy lleno el otro pecho, exprima solo lo necesario para sentirse aliviada.
  • Alimente al bebé antes de que se vuelva ansioso. No prolongue la alimentación ofreciéndole agua (un bebé lactante no necesita agua aún en climas muy cálidos) ni chupete. Un bebé ansioso "atacará" el pecho y esto ocasionará un reflejo muy activo de bajada de leche. Alimente al bebé tan pronto como manifiesta cualquier signo de apetito. Si está todavía medio dormido, aún mejor.
  • Si es posible, alimente al bebé en una atmósfera calmada y relajada. La música fuerte, las luces brillantes y mucha acción no favorecen una alimentación exitosa.
  • Recostarse para alimentar, algunas veces funciona bien. Si no ayuda recostarse de medio lado, trate de recostarse de espaldas colocando al bebé encima de usted para lactar. La gravedad ayuda a disminuir el flujo.
  • Si tiene tiempo, exprima algo de leche (unos 30 ml aproximadamente) antes de alimentar al bebé.
  • Al bebé le puede molestar el flujo tan rápido de leche, pero también puede molestarse cuando el flujo disminuye mucho. Si cree que el bebé está molesto porque el flujo es muy bajo, ayudará comprimir el pecho para mantener un buen flujo de leche
  • Esta dificultad empeora cuando el bebé no está colocado adecuadamente al pecho. Una buena colocación al pecho es la clave para facilitar la lactancia materna.
  • Algunas veces, ofrecerle al bebé lactasa comercial (la enzima que metaboliza la lactosa), 2-4 gotas antes de cada alimentación, mejora los síntomas. Esta enzima se puede comprar sin receta, pero es costosa y no siempre funciona.
  • Un protector para el pezón puede ayudar, pero solamente lo debe utilizar cuando no ha tenido éxito con ningún otro método.
  • Como un último recurso, en lugar de comenzar con fórmula, puede ofrecerle al bebé leche materna exprimida.

3. Proteínas extrañas en la leche materna
Se ha demostrado que algunas proteínas provenientes de los alimentos que ingiere la madre pueden aparecer en la leche materna y afectar al bebé. Se cree que los casos más comunes se deben a la proteína de la leche de vaca. También se han encontrado otras proteínas en la leche de algunas madres. El hecho de que aparezcan estas proteínas y otras sustancias en la leche materna, no necesariamente es negativo. Ciertamente es algo bueno. Si tiene preguntas al respecto, pregunte.

Por lo tanto, para el tratamiento de un bebé con cólicos alimentado con leche materna, un paso sería que la madre suspenda los alimentos lácteos. Esto incluye la leche, queso, yogurt, helado y cualquier otro alimento que pueda contener leche. Cuando la proteina de la leche ha sido alterada, como cocinándola por ejemplo, no debería haber problemas. Si tiene alguna duda, pregunte.

Importante: La intolerancia a la proteína de la leche no tiene relación con la intolerancia a la lactosa. Una madre que tiene intolerancia a la lactosa, debe seguir alimentando a su bebé.

Método sugerido:

  • La madre debe eliminar los productos lácteos durante 7-10 días.
  • Si no ha habido ningún cambio, la madre puede reiniciar el consumo de productos lácteos.
  • Si ha surgido un cambio favorable, la madre debe reiniciar lentamente el consumo de productos lácteos, si estos son parte de su dieta normal (no es necesario tomar leche para producir leche). Algunos bebés no toleran nada de productos lácteos en la dieta de la madre, pero la mayoría normalmente aceptan algo. La madre aprenderá a determinar la cantidad de productos lácteos que puede tomar sin afectar al bebé.
  • Si la cantidad de calcio de la madre es inadecuada, debe agregar suplementos a su dieta. Pregunte a su médico si tiene dudas. Suspender los productos lácteos durante una semana no causará ningún problema. Se ha demostrado que la lactancia materna puede proteger a la mujer contra la osteoporosis aún cuando no tome calcio extra. Y el bebé recibirá todo lo que necesita.
  • La madre debe ser cuidadosa eliminando muchos alimentos de su dieta. Muchas personas conocerán a madres cuyos bebés mejoraron si suspendían el consumo de brócoli, carne, plátano, pan, etc. La madre puede llegar a estar comiendo solo arroz. Nuestras dietas son muy complejas para estar seguro de qué está afectando al bebé.

Debe ser paciente, ya que esta dificultad mejora de todas formas. La fórmula no es la respuesta, aunque algunos bebés pueden mejorar con el biberón por el flujo continuo que este ofrece. Pero la fórmula no es leche materna. En realidad el bebé puede mejorar la lactancia con leche materna, más que con el biberón, por la regularidad del fujo. Aun así, si nada funciona, su mejor ayuda es el tiempo. Los días y noches pueden parecer eternos, pero las semanas pasarán volando.


Sobre Jack Newman
Jack Newman se graduó en la Universidad de Toronto en pediatría en 1970. Creó la primera clínica de lactancia en Canadá en 1984 en el Hospital para Niños Enfermos de Toronto. Ha sido un consultor de UNICEF para la Iniciativa de los Hospitales Amigos de los Niños en África, y ha publicado artículos sobre lactancia en revistas como Scientific American. El Dr. Newman ha practicado la medicina en Canadá, Nueva Zelanda y Sudáfrica.

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