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Rosa Sorribas
Publicado el viernes, 24 de julio de 2015 en Educación y crianza
Sabemos que somos únicas para nuestros hijos e hijas. Sabemos que somos su guía, su barandilla en la escalera de la vida. Estamos allí para lo que necesiten, lo quieran o no. La maternidad nos une, desde el primer instante, a unas personitas que nunca podíamos imaginar que fueran tan importantes para nosotras. Los buscamos con la vista en la función que organiza la escuela y rápidamente los reconocemos entre docenas de otros niños y niñas similares. Nos emocionamos cuando se van a su primera excursión. Tenemos una conexión especial con nuestros hijos. Pero, ¿la tienen ellos y ellas con nosotras?
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