Pequeños grandes gestos

Hemos oído muchas veces que la crianza de los hijos se vive, no se enseña. Pesan mucho más los actos que las palabras. Es paradójico que un padre le pegue a un niño gritándole "NO SE PEGA". Por mucho que grite, el mensaje que le llega es que el grande pega al pequeño. Si queremos que nuestros hijos no peguen, no debemos pegar nunca. Si queremos que nuestros hijos sigan un camino, debemos caminar nosotros ese camino antes y ellos ya seguirán nuestros pasos.

¿Cómo educamos la generosidad? El día a día nos ofrece algunas oportunidades de ser generoso. Los niños pueden ver qué tipo de generosidad seguimos: una colaboración económica en alguna o algunas asociaciones u ONGs; dedicar nuestro tiempo a alguna asociación o grupo de gente para desarrollar algún proyecto en concreto; o incluso nuestros propios actos diarios.

Para tener algunas ideas, el día 19 de julio es el día mundial del pequeño gran gesto. Es una invitación a que cada uno de nosotros haga algo por alguien más. Lo que quieras, por quien quieras.

Cuando dedicamos nuestro tiempo y esfuerzos para alguien o algo desinteresadamente, estamos enseñando a nuestros hijos que podemos obtener satisfacción dando, más que incluso recibiendo. No es limosna, no es que nosotros como "seres superiores" ayudemos a otros "que lo necesiten", no. Es una opción que la vida nos da para poder ser útiles, para poder formar parte de esta sociedad sin que nos tengan que dar nada a cambio. Es la esencia pura de la generosidad. El dar porque sí, porque mola, porque nos sentimos bien.

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