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Edurne Estévez Bernal
Publicado el martes, 10 de mayo de 2016 en Parto
Existe en Europa una red de asociaciones relacionadas con el parto y el nacimiento, ENCA (European Network of Childbirth Associations ), que promueve cada año la Semana Mundial del Parto y Nacimiento Respetado. En España la asociación El Parto es Nuestro, perteneciente a esta red, organiza durante esas fechas diferentes actividades. En este año 2017, la Semana Mundial del Parto y Nacimiento Respetado será del 14 al 20 de Mayo, y su lema será “¿40 semanas? El nacimiento tiene un momento adecuado, no uno programado”, en referencia a la importancia de respetar los ritmos madurativos de cada bebé, ya que un embarazo normal no termina en la semana 40, por mucho que se establezca una fecha probable de parto. Esta fecha no es más que una mera orientación, pero un embarazo normal transcurre desde la semana 37 a la 42. Para terminar de manera artificial la gestación a través de una inducción al parto, esta debe ser bien justificada y no por conveniencia o creencia.
¿Qué implica un parto respetado? Implica respetar los derechos de madre y bebé. Implica, además, que la madre sea informada y pueda decidir. Implica ser atendida conforme a la mejor evidencia científica disponible, evitando prácticas obsoletas o rutinarias. En definitiva, se trata de respetar la fisiología del parto y de lo que madre y bebé necesiten. Esto no conlleva realizar el parto en un lugar concreto, sea en casa, en el hospital o en una casa de partos. Ni tampoco se trata solamente de atender a la mujer de forma amable (que también), sino de RESPETO, en mayúsculas, sin infantilización, favoreciendo la autonomía de la mujer. ¿De qué sirve recibir apelativos cariñosos o frases de asentimiento, si luego no se informa o no se permite decidir acerca de los posibles procedimientos a realizar?
No queremos ser tratadas con condescendencia o como a niñas. Queremos poder tomar las riendas de nuestros procesos, ser informadas, poder decidir. Ser protagonistas de nuestro parto y que nuestro bebé sea el protagonista de su nacimiento. Un parto respetado, independientemente de su desarrollo y resultado, independientemente de que haya terminado en cesárea o en un instrumental, es un parto digno.
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