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Autor: Jesper Juul
Temática: Crianza
Editorial: Herder
Páginas: 214
Fecha publicación: enero de 2004
Valoración de los lectores: (1 opinión)
Las familias de hoy en día se encuentran en un punto crucial, en el que los valores destructivos que caracterizaban la convivencia en las familias tradicionales, jerárquicas, tales como la obediencia, la violencia física y emocional, y la conformidad, pueden y deben ser transformados.
En su lugar, el autor propone un conjunto de nuevos valores que se basan en el entendimiento de que el ambiente familiar no tiene por qué apoyarse en el uso de la fuerza autoritaria o una tiranía democrática por parte de los padres, sino que éstos pueden optar por crear un clima de igual dignidad y reciprocidad en el trato entre ellos y sus hijos. Los cimientos de esta propuesta se encuentran en el reconocimiento revelador de que los niños ya desde su nacimiento son personas competentes, perfectamente capaces de expresar sus sentimientos y necesidades, y muy dispuestas a cooperar. Son por ende los padres los que deben trabajar para escuchar los mensajes explícitos e implícitos que les transmiten sus hijos, tomarlos en serio y aprender de ellos. En la raíz de muchos conflictos se halla la incapacidad de los padres de convertir su amor por sus hijos en un comportamiento que exprese realmente este amor y de transformar sus buenas intenciones en una interacción fructífera. Reconociendo la competencia de los hijos, respetando sus auténticas necesidades y ayudándoles a desarrollar su autoestima, los padres, además de fomentar su propio crecimiento personal, podrán crear y vivir un nuevo paradigma familiar que permita una convivencia armónica y vital en mutuo entendimiento y respeto.
La obra, que en Dinamarca ha sido un bestseller y que se ha traducido a diez idiomas, ha recibido muy buenas críticas también por parte de la prensa: «Su hijo, una persona competente es un libro sobre niños sabio y liberador. Deberían ampliarlo a las dimensiones de un cartel y colgarlo en todas las esquinas. El mensaje es sencillo: los niños son únicos y deberían ser tratados con el mismo respeto y tacto con el que tratamos a adultos que amamos...»
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