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Caderas saludables y falsos mitos

Publicado el martes, 01 de agosto de 2017. Revisado el martes, 01 de agosto de 2017.
Autor: Rosie Knowles
Tiempo medio de lectura: 14 minutos y 3 segundos

A menudo la gente me pregunta sobre la importancia de que su hijo mantenga una buena posición de las caderas cuando va en un porta bebés, ya que han oído términos como "displasia de cadera" y "de corva a corva". Son cuestiones importantes a considerar, ya que hay un montón de rumores y desinformación circulando por Internet. Creo útil discutir algunas de estas cuestiones comunes y considerar cual podría ser la "mejor práctica". Vamos a ver lo que es realmente la displasia de cadera y a evaluar si los porta bebés cuya base es más estrecha son perjudiciales para los niños. También, analizaré algunas alternativas mucho más respetuosas con la anatomía del niño y más comodas para el bebé y el porteador.

1. ¿Qué es la displasia de cadera?
Son muchos los términos empleados ​​para el espectro de problemas del desarrollo relacionados con la cadera en bebés y niños. Estos problemas están a menudo presentes desde el nacimiento. Recientemente se ha venido utilizando el término "displasia del desarrollo de la cadera", ya que hay pruebas que sugieren que, aunque muchos trastornos de la cadera (que van desde la dislocación completa hasta las bases poco estables) están presentes al nacer, algunos niños con caderas aparentemente normales los van desarrollando en el primer año de vida.

Literalmente, displasia significa "crecer anormalmente". En comparación con los adultos, los receptáculos de la cadera de un bebé se componen de una mayor proporción de cartílago, más blando y más flexible en comparación con el hueso. Esto significa que es más fácil, anatómicamente, que la bola (la cabeza femoral) se salga de su cuenca (el acetábulo) y quede desalineada (subluxada) o totalmente dislocada. Una articulación de cadera que ya se haya formado con normalidad no tendrá este tipo problemas, pero esta estructura más blanda, en combinación con una forma anormal del receptáculo, explica por qué algunas articulaciones se dislocan. Un niño que tenga una articulación de cadera anormalmente desarrollada, combinado con un ángulo poco profundo de la cuenca y una estructura más blanda, conlleva que la bola (cabeza femoral) no se sostenga con firmeza dentro de la cuenca y que pueda desalinearse e incluso deslizarse si la articulación se coloca bajo tensión descendente. Si no se ajusta, la articulación se disloca y necesitará intervención.

2. ¿Tiene mi hijo riesgo de sufrir displasia de cadera?
Las causas de la displasia de cadera son poco conocidas. Parece haber un mayor riesgo si hay antecedentes de displasia de cadera en el historial familiar. Las niñas parecen tener mayor riesgo, unas 4-5 veces superior a los niños, y hay varios factores en el embarazo que también podrían tener relevancia y relacionarse con la presencia de displasia, como:

  • Espacio uterino constreñido
  • Escasez de líquido amniótico (oligohidramnios) que comprometa el libre movimiento fetal
  • Parto de nalgas
  • Cualquier otra condición que afecte la forma en que los bebés se encuentran en el útero, como la deformidad del antepié o metatarso aducto

La incidencia suele ser mayor en la cadera izquierda que en la derecha. Además, durante la gestación el bebé está expuesto a los estrógenos de la madre. Se cree que el estrógeno favorece la relajación de los ligamentos de cara al parto, lo que puede facilitarlo pero también causar que los ligamentos de la cadera del bebé sean algo laxos y aumente el riesgo de una articulación inestable. Evidentemente, estos riesgos escapan al control de los padres.

Sin embargo, hay estudios que sugieren que algunas culturas que envuelven a sus bebés con firmeza (como las sociedades nativas americanas antes de los años 50, y algunas sociedades japonesas) tienen una incidencia mucho mayor de displasia y dislocación de cadera en la niñez.

Resulta interesante el ejemplo de la cultura india Najavo (cuya costumbre era atar a los bebés a un tablero que hacía de cuna con las piernas estiradas), ya que, cuando comenzaron a usar voluminosos pañales de tela, la incidencia de dislocación de cadera infantil disminuyó drásticamente. El uso de pañales favorecía que las piernas de los bebés se mantuvieran en una posición flexionada más natural, como si el niño estuviera sostenido en la cadera de su madre con las piernas abiertas alrededor. Las culturas africanas, que no envuelven a sus bebés pero que los portean a la espalda desde el nacimiento, tienen una incidencia muy baja de displasia de cadera.

En 2015, el Journal of Pediatric Orthopaedics publicó un artículo basado en datos de 40.000 niños en Malawi y una revisión sistemática de las pruebas actuales. "La mayoría de las madres en Malawi portean a sus hijos de los 2 a los 24 meses de vida, en una posición similar a la del arnés de Pavlik. Creemos que esta es la principal razón para la baja incidencia de DDC en el país. Además, se ha demostrado que envolver al bebé, en contraposición al porteo a la espalda, provoca un aumento en la incidencia de DDC. Si la posición de porteo de los bebés durante sus primeros meses de desarrollo puede reducir la incidencia de DDC, una iniciativa de salud pública que promueva el porteo a la espalda podría tener consecuencias significativas para la salud mundial y financiera en la futura gestión de DDC, así como amplios efectos sobre el desarrollo y la gravedad de la artritis de cadera en adultos".

"Por tanto, es lógico desaconsejar las posiciones en que el bebé tenga las piernas extendidas y alentar aquellas que favorezcan que estén separadas. Estas últimas posturas sitúan la cabeza del fémur (la bola) contra el acetábulo (la cuenca), y promueven la profundización de la cuenca." (Cita de Orthoseek, una fuente de información autorizada sobre ortopedia pediátrica.)

En consecuencia, los padres pueden reducir potencialmente el pequeño riesgo de displasia de cadera al considerar cuidadosamente algunas de las prácticas adoptadas.

3. ¿Cómo se diagnostica y trata la displasia de cadera?

Diagnosis: La mayoría de los casos sospechosos de displasia de cadera se detectan al nacer o en la revisión de las seis semanas mediante exploración física, pero algunos casos no se advierten, a veces con consecuencias significativas. Existe una justificación para realizar una ecografía rutinaria para su detección, ya que la exploración ultrasónica exhaustiva durante el período inmediato al nacimiento ha demostrado la laxitud de cadera en aproximadamente el 15% de los lactantes (Rosendahl K. y col., 1994; 94: 47-52)

Tratamiento: Los casos leves pueden controlarse mediante el "doble pañal" para mantener las caderas en una posición como de cuclillas, flexionadas y abducidas. Los casos más graves pueden necesitar una férula, con un arnés de Pavlik y, en ocasiones, es necesaria la cirugía. Muchos niños responden muy bien a estos tratamientos y pueden llevar una vida normal. Si no se trata y se detecta más tarde (debido a una cojera, por ejemplo), la displasia del desarrollo de la cadera puede tener consecuencias crónicas, tales como diferencias en la longitud de las piernas, torpeza o agilidad disminuida. Los niños mayores pueden incluso desarrollar artritis temprana de la cadera. A veces se precisa una cirugía compleja.

4. ¿Hay algo que pueda hacer para reducir la probabilidad de que mi hijo tenga problemas de cadera?
No se sabe exactamente cuánta influencia tienen las decisiones tomadas por los padres (como por ejemplo, envolver al bebé, usar pañales de tela, usar un portabebés adecuado) en relación al desarollo de problemas de cadera futuros. Algunos bebés no tienen un diagnóstico temprano, por lo que pueden beneficiarse involuntariamente de un buen posicionamiento de la cadera en los primeros meses de vida. Además, a los 6 meses de edad, el riesgo de displasia de cadera disminuye drásticamente y, después del primer año, los niños tienen la fuerza y el desarrollo suficientes como para colocar la cadera por sí mismos en una posición sana que les resulte cómoda.

Por lo tanto, al menos durante los primeros meses de vida, lo razonable es procurar que los bebés y niños pequeños mantengan una postura sana, que no añada tensión a los ligamentos laxos o a la estructura de la cadera. Un buen porta bebés cuya base sea ancha puede facilitar esta posición ergonómica. Además, será más cómodo para el niño. (Imagínate la diferencia entre sentarse en un taburete y sentarse en una silla, ¡o incluso el borde de una hamaca!)

5. ¿Puede un porta bebés de base estrecha dañar las caderas de mi hijo?
Existe una gran polémica sobre el papel que pueden tener los porta bebés de base estrecha (como Baby Bjorn y otras mochilas estructuradas) en el empeoramiento de la displasia de cadera preexistente y no diagnosticada, o incluso en su aparición en caderas previamente sanas.

La respuesta más simple a esta pregunta es "probablemente no, en la mayoría de los casos", suponiendo que tu hijo no forme parte del 15% de los bebés no diagnosticados. Por tanto, es poco probable que dañen las caderas de un niño sano. Dicho esto, puede que no sea la opción más cómoda para el bebé (colgando de un puente estrecho, en vez de ir sentado como en una silla), ni la que le garantice el mejor apoyo.

Estos portabebés de base estrecha suelen ser, generalmente, más robustos y rígidos en la zona del cuello y la cabeza debido a que, al no ofrecer un buen apoyo para las piernas, la columna acaba arqueándose, sobreenderezando la zona de la cabeza y comprometiendo las vías respiratorias. Es más probable que la pesada cabeza del bebé acabe cayendo hacia atrás y, por lo tanto, hace falta añadir un soporte rígido sobre el cuello para garantizar su seguridad. Por el contrario, las posturas que basculan la pelvis de forma natural mantienen la curvatura de la espalda y la inclinación de la cabeza del bebé hacia el porteador, de forma que se sostiene por sí misma (como cuando simplemente se apoyan en ti al mamar o dormir sobre tu hombro).

Es poco probable que los padres de niños con articulaciones normales y no displásicas puedan "causar" una displasia de cadera al usar un porta bebés de base estrecha, pero estos diseños no favorecen, en general, la posición de flexión. Impiden un mejor posicionamiento articular de la cadera y un desarrollo más profundo del acetábulo. Un porta bebés que sostiene los muslos del bebé desde abajo ("de corva a corva") es más probable que mantenga las caderas en la posición óptima y ​​reduzca la tensión en las articulaciones que aún se están desarrollando. Es interesante considerar que las marcas más conocidas que fabrican porta bebés de base estrecha han comenzado a rediseñar sus productos para ampliar su base y que sean más respetuosos con la anatomía del bebé.

Por todo ello, no es extraño que la mayoría de asesoras de porteo profesionales promuevan sostener al bebé de corva a corva en forma de M, con las rodillas más arriba que la cadera (a la altura del ombligo si trazamos una línea horizontal imaginaria). Esto coloca la cabeza femoral en una posición central ideal en el acetábulo, la misma que adopta con el arnés de Pavlik, como se puede ver en la imagen.

Estas imágenes muestra dos posiciones habituales y la posición ideal de la cadera en una bandolera.


1. Porta bebés de base estrecha.
Las piernas están colgando hacia abajo sin ningún apoyo. Todo el peso de las piernas recae sobre las cuencas de la cadera infantil y provoca tensión. Es similar a columpiarse de una viga cargando todo el peso en una cuerda estrecha entre las piernas. La espalda del bebé queda demasiado recta, por lo que puede descolgársele la cabeza hacia atrás y se hace necesario un apoyo rígido en la cabeza y el cuello.


2. Porta bebés de base algo más amplia.
Es mejor, pero las piernas todavía están mal colocadas, con las rodillas más bajas que la cadera. El peso de las piernas sin soporte se carga sobre la articulación de la cadera aún en formación, y el peso del bebé sigue sin distribuirse correctamente sobre la base.


3. Porta bebés con una apropiada base ancha.
Se puede observar la postura en forma de M, con los muslos firmemente apoyados hasta las rodillas, que se mantienen por encima de la cadera. Las articulaciones de la cadera están en la posición óptima, y ​​no hay ningún peso que se cargue en ellas. Los consultores ortopédicos recomiendan que los muslos descansen en un ángulo de 100 grados desde una línea media.


4. Vista lateral de la postura en forma de M.
Muestra como no hay tensión descendente en el acetábulo y que el niño está apoyado ampliamente sobre la base apropiada. El bebé está cómodamente sentado con su peso correctamente distribuido, protegiendo la suave curvatura de su columna vertebral. La parte superior del cuerpo del bebé se apoya contra el porteador, con la cabeza contra su pecho y sin necesidad de apoyos rígidos (al adquirir una posición anatómica natural).

6. ¿Qué portabebé recomendaría para una postura sana de la cadera?
¡Hay que promover el porteo seguro! El uso de un porta bebés estrecho no dañará a la mayoría de los niños, como ya se ha comentado. Así que, si ya tienes uno, hay algunas cosas que puedes hacer para mejorar la comodidad de tu hijo, como por ejemplo usar una gasa o pañuelo en el asiento, como se puede ver en este vídeo:

Esto facilitará un cambio de la posición de las piernas, pasando de colgar hacia abajo (extendidas y en aducción) a apoyarse de rodilla a rodilla (flexionadas y abducidas) en forma de M, como hemos visto antes. Es, sin embargo, una solución temporal, así que te aconsejaría utilizar un porta bebés de base más amplia.

Para lograr una óptima posición en M al colocar al niño en un porta bebés, bascula ligeramente su pelvis hacia dentro y empuja los pies hacia arriba por debajo de las rodillas dobladas para estimular la flexión. Todos los bebés son diferentes, y algunos extienden sus piernas más ampliamente que otros de forma natural. Nunca fuerces las piernas de tu bebé para colocarlas en una posición a la que se resiste.

Si todavía no tienes un porta bebés, busca uno que esté diseñado para favorecer una saludable postura en M de la cadera y la forma natural de J, suavemente curvada, que tiene la columna vertebral de los niños (en lugar de en forma de C cerrada, donde su pesada cabeza podría hacer caer la barbilla hacia el pecho). Las curvas secundarias de la columna comenzarán a desarrollarse más adelante: la curva cervical cuando adquiera el control de la cabeza y pueda sostenerla contra la gravedad, y la curva lumbar en la etapa de gatear y caminar. Hasta ese momento, la columna no debe enderezarse de manera artificial. Se debe evitar que los bebés pasen demasiado tiempo en los asientos rígidos del coche, en porta bebés inflexibles o tumbados de espaldas.

Es importante señalar que los porta bebés bien diseñados que sostienen correctamente las piernas del niño y mantienen curvada la columna vertebral se pueden usar de forma inapropiada. Es posible utilizar una buena herramienta de manera incorrecta, especialmente cuando se tiene prisa, por lo que vale la pena tomarse un tiempo para situar correctamente el puente y ser conscientes de cómo estamos colocando la cadera y la columna del niño al sentarlo.

7. ¿Qué puedo hacer cuando las piernas de mi hijo son demasiado largas para sostenerlas "de corva a corva"?
Por desgracia, los bebés pequeños crecen demasiado rápido y se convierten en bebés grandes, con piernas más largas que pueden empezar a salirse de sus porta bebés en términos de apoyo de corva a corva ¡Empiezan a ser niños! Cuando un bebé puede sostenerse de pie sin ayuda y caminar ya tiene la fuerza muscular y ligamentaria suficiente para soportar el peso de sus propias piernas, así que el apoyo de corva a corva es menos importante para los niños pequeños que para los bebés, a los que sí es importante ayudarles con el apoyo de las piernas. Es posible que necesites un porta bebés más ancho, o puedes ajustar el que ya tienes con una gasa u otra tela.

8. ¿Dónde puedo encontrar más ayuda y apoyo sobre el uso de un porta bebés para mi hijo?
Es muy recomendable el libro de la Dra. Evelyn Kirklionis, A Baby Wants to Be Carried, recomendado por su visión general de la teoría evolutiva del porteo y de la posición de cuclillas.


Sobre Rosie Knowles
Rosie Knowles es doctora de medicina general, madre de dos niños y una apasionada del porteo. Dirige el servicio de consultoría y préstamo de porta bebés Sheffield Sling Surgery en Reino Unido y es la autora del libro Why Babywearing Matters.

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