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Cambios, efectos y contraindicaciones del ejercicio físico en el embarazo

Publicado el lunes, 14 de julio de 2003. Revisado el miércoles, 23 de septiembre de 2009.
Autor: Rosa Sorribas
Tiempo medio de lectura: 4 minutos y 42 segundos

Existen cambios físicos durante el embarazo que pueden hacer cambiar tus hábitos de ejercicio.

  • Respiración: La frecuencia respiratoria se incrementa, ya que el cuerpo trabaja más duro para proporcionar suficiente oxígeno al bebé. De esta manera, la cantidad disponible de oxígeno para el ejercicio disminuye y puede causar una sensación de falta de aliento y de menor resistencia física.
  • Musculatura: Debido a que el abdomen se ensancha para dejar paso al bebé, la parte baja de la espalda se curva y el centro de gravedad cambia de sitio. Esto puede provocar caídas, ya que el sentido del equilibrio se ve muy alterado. Gracias a la hormona relaxina, los ligamentos no están tan tensos, propiciando torceduras y caídas. Esta hormona permitirá que la pelvis se haga mayor, facilitando el paso del bebé.
  • Metabolismo: Durante el embarazo, el cuerpo usa los carbohidratos más rápidamente, de la misma forma que la práctica del ejercicio físico. Esto puede provocar una bajada de azúcar durante el ejercicio.
  • Cardiovascular: El volumen de sangre se incrementa en un 40% y los latidos en unos 15 más por minuto. Así, los nutrientes y el oxígeno se transportan mejor al bebé. Pero a medida que la carga es mayor, por ejemplo estando mucho tiempo tumbada de espaldas, el flujo puede interrumpirse y causar mareos.

Efectos del ejercicio que pueden afectar al embarazo

  • Cardiovascular: Cuando se hace ejercicio, la sangre se direcciona de los órganos internos hacia los músculos, pulmones y corazón, para que éstos reciban un mayor aporte de oxígeno. El ejercicio extenuante puede causar una falta de oxígeno en el útero, lo que puede provocar problemas en el bebé.
  • Neurotransmisores: Durante el ejercicio se generan una serie de sustancias químicas que reducen la depresión y hacen que la persona se sienta mejor. Uno de los agentes neurotransmisores generados incrementa la contracción de los músculos y puede causar actividad uterina. No se conoce que puedan provocar el parto, pero en aquellas mujeres sensibles o con cierto riesgo, se recomienda realizar ejercicios muy suaves.
  • Temperatura corporal: El ejercicio incrementa la temperatura corporal. Debido al riesgo de malformaciones a causa de fiebre alta en el primer trimestre del embarazo, es preferible no practicar deporte (o tomar muchas precauciones) cuando la temperatura ambiental es muy alta. En todo caso, recuerda que siempre debes beber muchos líquidos.

Complicaciones del embarazo que pueden afectar la práctica del ejercicio

  • Anemia: La capacidad de transporte de oxígeno en la sangre se ve mermada, así que es probable que falte el aliento, y la fatiga y los mareos aparezcan. Las mujeres con anemia que quieran continuar con el ejercicio deben tomar una dieta rica en hierro, conjuntamente con vitamina C para incrementar su absorción, y posiblemente un suplemento si su médico así lo ha prescrito.
  • Contracciones: Algunas mujeres experimentan contracciones durante todo el embarazo. A pesar de que no siempre implican un parto antes de tiempo, sí que pueden incrementar el riesgo. Si eres una de esas mujeres, no te conviene realizar ejercicio muy duramente, sino que es preferible que elijas ejercicios más suaves como yoga, estiramientos, gimnasia suave o natación, en lugar de correr, aeróbic o bailar.
  • Dolor en la espalda o ciática: Es un dolor bastante habitual porque la distribución del peso de tu cuerpo varía y hace que tu postura cambie. Los ejercicios con pesas pueden incrementarlo y hacer que los ligamentos se resientan. De nuevo, se sugiere ejercicios más suaves, especialmente la natación por sus beneficios para la espalda.

Contraindicaciones para el ejercicio durante el embarazo

  • Hipertensión: Las mujeres que tienen la tensión alta pueden beneficiarse del ejercicio regular, pero aquellas que lo desarrollan durante el embarazo deberían dejar de practicarlo. La toxemia, es decir, la tensión alta por causa del embarazo, es un importante problema de la circulación sanguínea que el ejercicio puede agravar. Consulta con tu médico sobre tu situación particular.
  • Placenta previa o sangrado vaginal: La placenta previa ocurre cuando la placenta crece por la parte inferior del útero y cierra la apertura de la cérvix. Puede causar sangrados vaginales. Es preferible no realizar ejercicios físicos, a no ser que el médico indique cuáles son adecuados.
  • Parto prematuro anterior: En casos de partos previos anteriores a las 36 semanas, debes ser extremadamente cauta al realizar ejercicios físicos durante el tercer trimestre del embarazo. Los más adecuados son los estiramientos, el yoga y la gimnasia suave, así como andar.
  • Retraso del crecimiento intrauterino: Es posible que el bebé no esté creciendo al ritmo que debiera por un bajo aporte de oxígeno, aunque también existen otras causas, como fumar, el consumo de drogas, las infecciones y un deficiente suministro de sangre a la placenta. Como el ejercicio hace que la sangre, y con ella el oxígeno, se desvíe hacia otras partes del cuerpo, es preferible limitar su intensidad ya que al bebé puede verse afectado seriamente.
  • Embarazo múltiple: Debido al particular riesgo de este tipo de embarazos, es recomendable realizar ejercicios muy suaves, como el yoga, la natación ligera, los estiramientos y la gimnasia relajada.
  • Problemas de corazón: Puesto que la cantidad de sangre que bombea el corazón se incrementa en un 40%, y el ejercicio físico aumenta la frecuencia cardíaca, éste sólo se debería realizar bajo la supervisión de un cardiólogo o un médico especialista.
  • Siempre que se produzca un sangrado vaginal, tengas pérdidas de visión durante el ejercicio (un síntoma de preeclampsia), náuseas, mareo, desmayo, falta de respiración, palpitaciones, hinchazón de las manos, pies o tobillos, o un cambio repentino de temperatura, descansa y consúltalo con tu médico o matrona.

Sobre Rosa Sorribas
Rosa Sorribas es consultora de lactancia certificada internacional (IBCLC), doula y fundadora de Crianza Natural. Ha impartido cursos y conferencias sobre temas de lactancia, crianza y porteo.

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