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El control temprano de los esfínteres (Introducción)

Publicado el jueves, 30 de octubre de 2003. Revisado el miércoles, 23 de septiembre de 2009.
Autor: Laurie Boucke
Tiempo medio de lectura: 7 minutos y 51 segundos

Este artículo ha sido escrito por Laurie Boucke, y traducido y publicado en la web de Crianza Natural con su consentimiento expreso.

¿Has pensado alguna vez sobre cómo se enseñaba a ir al baño a los bebés antes de que hubiera pañales? Hay una creciente cantidad de madres que siguen un sistema tradicional mediante el cual son sus bebés quienes indican cuándo quieren usar el inodoro o orinal, un sistema que madres de todo el mundo han estado utilizando durante muchos siglos.

Es importante enfatizar desde el principio que la idea es trabajar con bebés (no con niños pequeños, sino bebés) para conseguir que dejen el pañal. La edad ideal para empezar se sitúa entre el nacimiento y los 4 ó 5 meses de vida.

No hay ningún término que describa este sistema completamente, ya que el bebé puede no usar pañales, con lo que el concepto “dejar el pañal” no tiene sentido, y la idea de aprender a usar el orinal tampoco, pues todavía no puede sentarse en él. El proceso está más relacionado con el trabajo en equipo (tu bebé y tú) y la intercomunicación, que con un mero aprendizaje. En otras palabras, en realidad estamos hablando de comunicación y de respuestas a unas señales, y tiene muy poco que ver con lo que normalmente llamamos “aprendizaje”. La comunicación es la clave para conectar con tu bebé acerca de sus necesidades fisiológicas.

Tal vez, la característica más peculiar de este método es que los padres acostumbran a trabajar con el bebé incluso antes de que pueda sentarse. En lugar de iniciar el aprendizaje del uso del inodoro cuando comienzan a andar, los padres deben considerar este método durante el embarazo o las primeras semanas o meses tras el parto.

La traducción literal del término inglés del método es “aprendizaje del uso del inodoro para bebés” o también “comunicación de la eliminación”, refiriéndose a la eliminación por parte del bebé de sus desechos orgánicos (orina y heces). Para mayor información, hay publicados en inglés los siguientes libros: “Infant Potty Training: A Gentle and Primeval Method Adapted to Modern Living” (500 páginas), la guía más completa sobre el tema, e “Infant Potty Basics: With or Without Diapers... the Natural Way” (110 páginas).

Filosofía
¡Los bebés son más inteligentes de lo que pensamos! El gran error que la gente comete es suponer que un bebé recién nacido es inconsciente de sus necesidades fisiológicas. Suponemos que un bebé es incapaz de aprender a ir al baño porque son pequeños y no coordinan bien, y también porque no saben andar o hablar. Un bebé está indefenso ante tantas cosas que es difícil para los adultos de una sociedad occidental imaginar que un ser tan pequeño pueda saber de orinar o defecar. Es incluso más difícil para nosotros creer que un bebé tiene cierto control sobre ello. Con estas ideas preconcebidas y estrechas, animamos y enseñamos a nuestros bebés a ignorar los pañales mojados o sucios. En poco tiempo, les enseñamos a usar los pañales como un inodoro.

Un bebé normal y con buena salud es totalmente consciente de las funciones fisiológicas de eliminación de su cuerpo y puede aprender a responder a ellas desde muy pequeño. Utilizando pañales, le condicionamos y, entonces, le enseñamos a ir en ellos. Más adelante deberá desaprenderlo, y esto puede confundirle y ser la causa de una experiencia muy desagradable.

Un bebé hace todo lo que puede para comunicar esta conciencia de lo que le ocurre, pero, si no escuchamos, dejará de hacerlo y gradualmente perderá la conexión con sus funciones fisiológicas. Se le condiciona a no preocuparse y a aprender que queremos que use el pañal como inodoro.

El método del control temprano de los esfínteres no solamente se desconoce en los países occidentales, sino que además muchos lo consideran inadecuado. Con algunas excepciones, el control de los esfínteres se toma, por definición, como un inconveniente, sin importar como se lleve a cabo. Si se espera a que el niño decida por sí mismo cuándo está preparado para controlar sus esfínteres (a los 2, 3, 4 años o incluso mayor), estará ligado durante todo este tiempo a usar pañal, con el consiguiente gasto económico, ecológico y de tiempo empleado.

Los pañales, especialmente los desechables, son una manera temporal de tratar el tema. Intentamos atajar el problema de nuestros hijos con pañales, de la misma manera como temporalmente paramos el escape de agua de una cañería. ¿Cuántos padres han sopesado si esta es la opción más higiénica para el bebé? ¿Cuántos padres se han preocupado por el efecto de los pañales en el medio ambiente? ¿Cuántos estarían dispuestos a considerar una alternativa a los pañales?

¿Quién puede usar este método?
Los padres de los bebés, padres esperando, abuelos, canguros y cualquiera interesado en trabajar amorosa y pacientemente con un bebé son candidatos a usar este método para conseguir el control de los esfínteres a la edad más temprana posible. Se consigue mejor cuando uno de los padres está cuidando al bebé durante los primeros 1 ó 2 años de vida, y también con aquellos padres que trabajan pero tienen una persona al cuidado del bebé en la que pueden confiar, como un miembro de la familia, canguro o amiga.

¿Qué se necesita?
Tiempo, cuidado y paciencia. Si no se dispone de tales cualidades o de ayuda para conseguirlas, éste no es un método recomendado. Pero si el método te parece sensato, ¡adelante! No hará ningún daño y, si no funciona, siempre se puede volver al pañal a tiempo completo.

¿Cuándo empezar?
El momento ideal es entre el nacimiento y los 4-5 meses de vida. Durante este periodo hay una ventana de aprendizaje sensitivo.

¿Cuánto tarda?
En occidente, la media de edad al completarlo se sitúa alrededor de los 2 años, a pesar de que los bebés tienen un control de su eliminación bastante bueno muchos meses antes de completarlo.

¿Es seguro?
Por supuesto, siempre que los padres tengan claro como funciona. Los padres deben estar relajados y ser positivos acerca de trabajar con sus bebés. Muchos padres necesitan de mayores dosis de paciencia; observar y responder a las señales del bebé a tiempo donde sea posiblemente razonable; y proveer amor cuando sostienen a sus bebés. No es un sistema punitivo. Los castigos, los enfados y el control no son parte de este método. Nótese que este método es distinto al duro sistema que se utilizaba en los países occidentales hasta los años 1950.

¿Pero, realmente funciona?
Sí, pero no sin esfuerzo. El éxito no ocurre por sí mismo. Se necesita de al menos un adulto comprometido y varios meses de perseverancia para completarlo. Empezando desde el principio, hay recompensas diarias divertidas y excitantes para los dos, el bebé y su cuidadora. La comunicación del bebé es reconocida y alentada. Los padres se asombran del nivel de conciencia de su bebé y se emocionan cuando muestra señales y responde tan fácil y naturalmente.

¿Tiene que ir desnudo el bebé?
No tiene que ser una obligación. Muchos padres usan un pañal de tela o un pantalón de aprendizaje entre las visitas al baño, mientras otros prefieren dejar el culito del bebé al aire o casi desnudo. De hecho, es una cuestión de preferencias.

Un descubrimiento maravilloso (mi experiencia)
Mis primeros dos hijos siguieron el control de esfínteres tradicional. Cuando nació mi tercer hijo, me horrorizaba la idea de otro entrenamiento para usar el baño de manera convencional, lo que suponía años de pañales, y pensé en buscar otra manera mejor de llegar al mismo fin.

Aprendí las bases de una técnica alternativa cuando una señora nos visitó desde la India. Ella estaba horrorizada por la manera en que nosotros llevamos “el tema de los residuos” del bebé, y me explicó la manera en que hacían las cosas en su país. Me mostré muy escéptica cuando me dijo que no se necesitaba utilizar “las telas” en un bebé, excepto si estaba “enfermo del estómago”, con fiebre o si mojaba por las noches. Yo había estado en la India varias veces y había notado que las familias sacaban a sus hijos a orinar y hacer caca al campo, pero no había prestado atención. Como muchos otros, asumí erróneamente que “nosotros” no podíamos utilizar esa técnica.

Le supliqué a mi nueva amiga que me contara más y me enseñara a sostener a mi hijo para “hacerle ir”, lo que hizo sin ningún esfuerzo. Yo estaba hechizada mirándola como se comunicaba con mi minúsculo bebé de 3 meses, quien, instintivamente, supo lo que ella quería que él hiciera. Sólo puedo describir el intercambio y el entendimiento instantáneo que se produzco entre ellos – un extraño y un bebé – como un descubrimiento maravilloso.

He usado la técnica que ella demostró, ligeramente modificada y adaptada a nuestro estilo de vida, y la encontré muy superior al método para dejar el pañal que había usado. Desde el día que empecé a trabajar con mi hijo de 3 meses, apenas necesitó un pañal, ni de día ni de noche. Estuvo seco durante la mayor parte del día hasta los 19 meses y terminó todos los aspectos del llamado control de esfínteres a los 25 meses de edad.


Sobre Laurie Boucke
Laurie Boucke es la autora de diferentes libros divulgativos y está especializada en el tema de control de esfínteres.

Documentos de Laurie Boucke publicados en Crianza Natural

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