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Publicado el miércoles, 01 de marzo de 2017. Revisado el miércoles, 01 de marzo de 2017.
Autor: Xandra García
Tiempo medio de lectura: 8 minutos y 40 segundos
Nos gustaría hoy centrar la entrevista sobre todo en el tema de la transexualidad infantil. Nos parece una cuestión que hasta hace poco tiempo apenas se había abordado, algo que afortunadamente está cambiando.
1. ¿Qué es lo que crees que provoca este cambio de tendencia? ¿Un aumento de casos o, quizás, un cambio en la percepción social?
Un fenómeno que sin duda ha sido el motor del cambio que pasa de la más pura invisibilización a que hoy estemos hablando de este tema, es la entrada en escena de los padres y madres con hijos en situación de transexualidad.
Ahora son las familias las que están luchando por los derechos de sus hijos, las que se organizan en asociaciones y de alguna manera dicen: estamos aquí y queremos que nuestros hijos se desarrollen y socialicen como cualquier otro niño, que tengan los mismos derechos y sean tratados como el resto de niños y niñas en igualdad de derechos. Esa fuerza e impulso en la búsqueda de la felicidad de sus hijos es imparable.
Es verdad también que el mismo hecho de visibilizar esta realidad ha tenido como consecuencia un aumento considerable en la detección de casos, algo que merecería una reflexión pausada y crítica. Me pregunto si no estaremos confundiendo la amplísima diversidad de expresarse como mujer o como hombre con la transexualidad, cosa que es totalmente diferente. En el primer caso estaríamos hablando de sexualidad, es decir, como me expreso desde la mujer u hombre que soy (puedo ser una mujer “marimacho” o un hombre “afeminado”), y en el segundo de identidad sexual (soy mujer u hombre).
2. ¿Cómo se define de manera breve y sencilla la transexualidad infantil?
La transexualidad es la condición por la que el sexo sentido, es decir, el sexo que se es, no corresponde con el sexo de asignación en el momento del nacimiento, tomando los genitales como criterio diferenciador. Si bien es cierto que, en la mayoría de los casos, los genitales masculinos pertenecen a un hombre y los femeninos a una mujer, no siempre es así.
A menudo cometemos el error de pensar que las etiquetas hombre y mujer son útiles para describir tanto lo que se es, como lo que se siente, como lo que se aparenta ser. Sin embargo, la transexualidad nos da cuenta de que esto no sucede en el 100% de los casos, y que nos vivimos, sentimos y expresamos como hombre o mujer con bastante independencia de los genitales que se poseamos.
La identidad sexual se construye a partir del acto de autoconciencia en relación a lo que yo veo, y a cómo me veo a través de los ojos de los demás y en sintonía con las regulaciones, modelos, expectativas, usos y costumbres sexuales de la cultura.
Lejos de la presentación patológica que de la transexualidad han hecho algunas disciplinas, se podría decir que la transexualidad es como cruzar de acera (no siendo estas aceras excluyentes y divergentes, aunque sí diferentes e interdependientes: Hombre – Mujer.) Mejor dicho, se diría que se da una especie de espejismo. Pensábamos que iba por una acera, cuando en realidad caminaba por la otra.
Dicho sea de paso, la transexualidad no es un tercer sexo, por lo que no nos identificamos como mujeres, hombres o transexuales. Los adultos nos manejamos desde otros conceptos y conocimientos, pero si preguntamos a los niños y niñas, ninguno nos va a contestar que es transexual. Ellos no necesitan mirar entre las piernas para saber si ellos mismos o el de al lado es hombre o mujer.
Esta mirada a los genitales para dar una respuesta rápida a las identidades nos viene ligada de las viejas ideas que pretenden responder preguntas exclusivas de los humanos con respuestas del mundo animal basadas en el criterio de machos y hembras. La transexualidad se convertirá en algo inexistente en el momento en el que abandonemos las viejas ideas y respondamos a las preguntas sobre los humanos con ideas nuevas propias de los sujetos, es decir, de los sexos.
3. En qué momento suele manifestar el niño o la niña su incomodidad o desacuerdo con el sexo asignado de manera biológica? Hay alguna edad determinada en la que se pueda observar de manera más clara?
Como en todo, cada niño es un mundo y no podemos asegurar que expresará su conformidad o disconformidad con el sexo asignado a una edad concreta. Lo que nos cuentan las familias es que con la conquista del lenguaje, alrededor de los dos años, algunos niños y niñas comienzan a hacer manifestaciones del tipo: "no soy guapo, soy guapa" o "soy una niña".
4. ¿Existen algunos signos que puedan ponernos sobre aviso, antes de que el niño o la niña lo manifiesten abiertamente?
Hay tantas formas de ser y expresarse como hombre o como mujer, que es muy difícil hacer una lista sobre los signos a tener en cuenta. Al fin y al cabo, ser hombre o mujer no es una cuestión de pertenecer a un club o a otro.
Por otro lado, no todas las mujeres tenemos los mismos rasgos, gustos parecidos ni nos expresamos de forma similar y los hombres justamente a la inversa o de forma muy diferente. Por contra, todos tan en cuanto somos sexuados, somos intersexuales, es decir, participamos de rasgos masculinos y femeninos pero cada cual en un porcentaje e intensidad diferentes; nos conformamos como mujeres y hombres únicos, singulares e irrepetibles.
Por tanto, no nos sirve fijarnos únicamente a qué juega o de qué se disfraza, sino que es necesario dotarnos de una mirada más pausada y reflexiva que nos ayude a reconocer pistas que nos den respuestas más acertadas para saber si tenemos un hijo o una hija. Como ya hemos comentado en la pregunta anterior, cuando comience a hablar el hecho de escuchar su relato, cómo se nombra, lo que dice de sí mismo o de sí misma y cómo se expresa a lo largo de los meses y de los años nos servirá para recoger estas pistas de las que hablamos. Si de manera recurrente habla de sí mismo como un niño y se expresa como un niño, ahí lo tienes. Si, por el contrario, manifiesta que es una niña y se comporta como una niña, ahí lo tienes.
Escuchar a nuestros hijos e ir en favor de su relato es, sin duda, nuestro mejor aliado para descubrir si estamos criando una hija o un hijo.
5. ¿Cuáles son las mayores dificultades a las que suelen enfrentarse estos chicos y chicas?
La mayor dificultad a la que se enfrentan es la lucha constante de tener que demostrar y hacer ver a los demás quienes son realmente. Tener que defender una y otra vez aquello que para ellos y ellas se presenta de manera tan clara e irrefutable. Como decía la campaña de Chrysallis, hay niños con vulva y niñas con pene. Así de sencillo. Lamentablemente para un gran porcentaje de la sociedad no resulta tan sencillo de aceptar.
6. ¿Qué podemos hacer desde el entorno para procurar normalizar la situación y que el proceso les sea menos costoso emocionalmente hablando? Nos referimos no solo a la familia, sino también a profesores, compañeras y compañeros de colegio etc. La transexualidad es un tema con el que podemos cruzarnos en cualquier momento, y nos parece un aspecto importante a tener en cuenta.
En términos generales, y fundamentalmente, hay que apoyar la educación sexual. Aún hoy en día la educación sexual que se imparte en los centros educativos está muy alejada de los sexos, es decir, de los hombres y la mujeres, centrándose en exclusiva en hacer una labor preventiva en torno a los embarazos no deseados y las enfermedades de transmisión genital y olvidando por completo el cultivo de los sexos. Hace falta una educación más cercana a la compresión de la diversidad de hombres y mujeres, y de sus formas de ser, de sentirse, de expresarse y de desearse. En definitiva, una educación que entienda el sexo como un valor cultivable.
7. ¿Existen herramientas o recursos a los que acudir cuando nos encontremos con un caso de transexualidad infantil en nuestro entorno cercano? (Aquí nos referimos a libros, cuentos, guías y otros materiales.)
Sí. En la página web de Chrysallis Euskal Herria es posible encontrar recursos de todo tipo: guías, folletos, recursos educativos, libros, cuentos, documentales, vídeos, películas, cortos, testimonios...
Hay un libro que me gusta especialmente que no habla en concreto de la transexualidad pero sí de la diversidad como un valor. Este cuento es Monstruo Rosa de la autora Olga de Dios. Es un libro indispensable de nuestra biblioteca en casa.
8. ¿Cuál es el profesional indicado para atender a estos niños y niñas? ¿Cuál sería su labor?
Los mismos que para atender a “esos niños y niñas”. (Risas) “Estos” y “esos” van a necesitar de los mismos o parecidos profesionales en el momento que así lo requieran. Me explico. Si quiero masculinizar mi aspecto cortándome el pelo, iré al peluquero/a. Si quiero feminizar mi aspecto aumentando mi talla de pecho, pues iré a una tienda de lencería donde me asesoren sobre sujetadores con relleno.
Aunque es cierto que los y las menores que pasan por el tránsito presentan una serie de necesidades o de dudas que no se muestran en otros niños y niñas de su edad o, por lo menos, no con la misma intensidad, nosotros los sexólogos hacemos las labores de acompañamiento, asesoramiento y educación tanto a la familia como al entorno del niño o de la niña (familiares, centro escolar, personal sanitario…), como a la persona en cuestión, cuando así lo requieran.
9. ¿Qué les dirías a los padres y madres preocupados por este tema?
Les diría que no están solos, que hay más familias con ellos que se plantean las mismas o parecidas dudas, que tienen miedos similares y que están o han pasado por una situación semejante. También les diría que cuentan con la ayuda de profesionales que estamos a su disposición para cuando lo soliciten y, por último, que si lo desean pueden contactar con la asociación Chrysallis y compartir sus experiencias con otras familias.
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Xandra García es sexóloga especialista en transexualidad y población infanto-juvenil, y maestra. Madre de un hijo, colabora con la Asociación Chrysallis Euskal Herria en charlas de divulgación y acompañamiento de familias con menores en situación de transexualidad y con la Asociación Firekuntzen en el asesoramiento sexológico y acompañamiento dirigido a mujeres que atraviesan momentos de cambio.
Documentos de Xandra García publicados en Crianza Natural