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Publicado el martes, 14 de mayo de 2013. Revisado el lunes, 11 de mayo de 2015.
Autor: Julie-Anne Mauno
Tiempo medio de lectura: 4 minutos y 30 segundos
"No, no voy a dejar que uséis la ventosa para sacar a mi hijo."
"No, no vendré a la inducción cuando las pruebas de estrés de mi bebé dicen que está bien."
"No, no quiero estar en la cama tumbada para que me pongáis las correas. Usad el doppler para monitorearme."
"No, no te doy permiso para que me realices una episiotomía."
Me he dado cuenta de que, cada vez más, las mujeres necesitan defender con firmeza sus elecciones mientras dan a luz. El desafío está en que mientras das a luz puedes sentirte vulnerable. Las mujeres pueden estar nerviosas, exhaustas o incluso asustadas. Mantenerte firme en tus elecciones es un reto desafiante, especialmente si te encuentras con oposición.
Este es el caso de Sonia, por ejemplo. Es su primer bebé. Ha practicado yoga prenatal, está muy sana y tiene una gran confianza en la capacidad de su cuerpo para dar a luz. Se pone de parto de forma natural. Mientras está dilatando da paseos por las zonas exteriores del hospital. El bebé se acerca ya y vuelve a su habitación. ¡Ya tiene ganas de empujar! Durante sus pujos el ginecólogo le sugiere practicarle un corte (episiotomía) en la vagina para acelerar el nacimiento.
Sonia no quería que la cortasen. Había expresado este deseo de manera muy clara a su médico durante las visitas prenatales. Pero ahora siente dolor y está sobrepasada por la sensación de presión que ejerce la cabeza de su bebé mientras desciende por su pelvis. Mira a su doula con pánico. "¿Qué debería hacer?" pregunta jadeando. Su doula no quiere hablar por Sonia, pero sí quiere darle una voz. Le contesta: "Mantente en tu plan". Sonia hace una inspiración profunda y le dice a su médico: "¡Nos mantenemos en nuestro plan!". Unos minutos después, el bebé de Sonia nace, mientras su padre le canta una canción para "bendecirle" y Sonia se siente eufórica porque ha dado a luz sin renunciar a sus opciones. Tiene un desgarro mínimo.
No resultó fácil pero Sonia dijo que "no" a una episiotomía. Con el apoyo de su marido y de su doula fue capaz de abogar por sus propias elecciones.
Existen tantas cosas que pueden hacer que las mujeres pierdan el coraje de decir "no". Quizá el hospital está utilizando el estado del bebé para que la madre cambie de opinión. Quizá la madre esté demasiado exhausta para hacerse oír. Quizá no tiene suficiente información para sonar convencida de sus elecciones. O quizá simplemente las mujeres no han entendido que tienen el derecho a decir que no.
Pero poner límites y decir "no" es una parte importante de hacerte cargo de tu experiencia de parto. Cuando das a luz, especialmente en un entorno hospitalario, hay una buena posibilidad de que tengas que usar la palabra "no" para mantener tus creencias y elecciones.
Decir "no" es posible e incluso necesario en algunas ocasiones. De hecho, empiezas a decir "no" cuando te quedas embarazada. Es muy importante informarte para que puedas comenzar a decir al profesional que te va a atender lo que no aceptarás en tu parto.
¡Sí! Acabo de decir "lo que no aceptarás".
Tendemos a pasar de puntillas por el tema de decir que "no" explicando a las mujeres embarazadas que tienen que ser flexibles y darse cuenta de que su plan de parto solo es una guía, y que su experiencia puede desviarse de lo que tenían planificado en cualquier momento. Es cierto que la flexibilidad es buena, pero para mí esto da a entender a la mujer que sus planes y decisiones probablemente no se mantengan. Muchas veces la mujer abandona sus planes en las puertas del hospital. Pero la mayoría de los "no" de las mujeres o sus preferencias durante el parto no están relacionadas con procedimientos vitales.
Si estás esperando un bebé y tienes algunas preferencias o algunos "noes" en tu lista, practica creando estos límites desde ya. Dile a la persona que se ocupa del seguimiento de tu embarazo cuáles son tus valores y cuáles tus "noes". Como pasó con Sonia, algunos médicos o matronas todavía intentaran dirigir fuera del camino que la mujer ha elegido. Si tu equipo de apoyo es consciente de tus deseos, podrá animarte a hacerte oír en los momentos más vulnerables. Usa este tiempo durante el embarazo para informarte y hacer preguntas sobre los protocolos de los hospitales, los porcentajes de intervención de los médicos y sus opiniones respecto a las intervenciones. Conoce también tus derechos. En mi provincia, tengo el derecho de negarme a recibir la asistencia de una enfermera o un médico. Puede ser necesario mucho valor para ejercer este derecho, pero es posible que merezca la pena, si, por ejemplo, tienes una matrona que obvia tu plan de parto o se opone a tus deseos (siempre que no supongan un riesgo vital).
Puedes hacerlo. Puedes decir NO. La naturaleza empoderadora del parto no solo viene de la increíble fuerza de tu cuerpo y de la habilidad para dar a luz un bebé, ¡también viene de tu voz y de tus palabras!
¡Te deseo un parto poderoso!
Puedes encontrar el original de este artículo en este enlace: http://thebirthingsite.com/labour/item/436-why-is-it-so-hard-for-birthing-women-to-say-no?.html
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Julie-Anne Mauno es doula, educadora maternal, madre de siete hijos y escritora.
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