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Publicado el martes, 22 de enero de 2019. Revisado el martes, 22 de enero de 2019.
Autor: Laura Markham
Tiempo medio de lectura: 10 minutos y 43 segundos
"No puedo creer que mi hija ya tenga edad suficiente para tener un móvil. Tengo miedo. ¿Cómo la mantengo a salvo? ¿Me estoy preocupando demasiado?" - Nadine
No te preocupas demasiado.
La investigación demuestra que prácticamente todos los niños a quienes se les permite tener el móvil en su habitación por la noche responderán a un mensaje nocturno, y la mayoría han pasado algunas noches enviando mensajes.
Solo el 4 por ciento de los padres creen que sus adolescentes han enviado mensajes alguna vez mientras conducen, mientras que el 45 por ciento de los adolescentes admiten que habitualmente envían mensajes mientras conducen.
Solo el 11 por ciento de los padres sospecha que sus adolescentes han enviado, recibido o reenviado un texto o foto sexual alguna vez, mientras que el 41 por ciento de los adolescentes admiten haberlo hecho. Los estudios demuestran que la presión para enviar fotos "sexys" a través del teléfono (sexting) comienza en el bachillerato, en promedio. La edad promedio de la primera exposición a la pornografía es alrededor de los 8 años.
La mitad de los niños dicen que son adictos al móvil y les preocupa usarlo demasiado. Sus padres están de acuerdo, y el 36 por ciento de los padres manifiestan tener discusiones diarias con sus hijos sobre el móvil.
Nuestra propia experiencia nos dice que se necesita una gran cantidad de autodisciplina para administrar la responsabilidad del móvil. La mayoría de los niños no están listos para asumir esa responsabilidad antes de la secundaria, y aún así. De hecho, dado que la corteza prefrontal no está completamente desarrollada hasta la mitad de la veintena, los estudiantes de secundaria destacan por no controlar sus impulsos tanto como nos gustaría. Los estudiantes de secundaria tienen el tiempo necesario para valorar las tentaciones de las redes sociales, el sexting y los juegos adictivos del ordenador. Entregarles un móvil que puedan usar constantemente, sin tu supervisión, es como entregarle a un niño una sustancia adictiva y luego no controlarlos.
Por lo tanto, es natural preocuparse cuando tu hijo alcance la edad de tener su primer móvil, incluso si piensas que él o ella son responsables normalmente. Sí, este dispositivo es un instrumento de conexión, y permite que tu hijo y tú estéis más conectados cuando estáis separados. Pero también es un símbolo de separación, un recordatorio necesario de que tu hijo ahora está pasando tiempo lejos de ti y de otros adultos supervisores. Peor aún, es un recordatorio de los peligros que acechan en el mundo exterior, que podrían amenazar a tu hijo sin que puedas evitarlo.
El problema no es con los niños de hoy. De hecho, la investigación demuestra que los adolescentes de hoy en día son más responsables que los de mi generación en lo referente a conducir, beber, la sexualidad y el consumo de drogas. No, el problema es que los smartphones conllevan nuevos riesgos. Afortunadamente, la comunicación y la supervisión pueden reducir drásticamente los riesgos. ¿Cómo?
1. No le des un móvil a tu hijo demasiado pronto.
Si tu hijo está con un adulto de confianza, no debería necesitar un móvil. Es cuando los niños comienzan a ir al cole solos o cuando están sin supervisión, que necesitan un móvil por razones de seguridad. Cuanto más pequeño sea tu hijo cuando obtenga el móvil, más control necesitará, porque le resultará más difícil actuar con responsabilidad. ¿Puedes confiar en que tu hija asumirá tus reglas sobre qué aplicaciones descargar, por ejemplo? ¿Con qué frecuencia pierde cosas? Algunos padres les dan a sus niños pequeños dispositivos que son más limitados que un smartphone, que no se pueden usar para conectarse ni para llamar a alguien que no está autorizado por sus padres.
2. Acepta las reglas, antes de ese primer móvil.
La mayoría de los padres piensan que un "contrato" con su hijo es una tontería innecesaria. Pero un acuerdo por escrito es una excelente forma de que tu hijo asuma esta nueva responsabilidad sin tener que caer en la "superpaternidad". Cuando ese primer móvil viene con reglas y responsabilidades por escrito en un acuerdo firmado, los jóvenes aprenden a usarlo de manera responsable. Si le preguntas a tus hijos cuáles creen que deberían ser las reglas y negocias hasta estar conforme, ellos "aceptarán" esas reglas. Para saber cómo empezar, consulta las reglas sugeridas al final de este artículo.
3. Usa los controles parentales.
Hay aplicaciones de control parental disponibles para todos los móviles, y el iphone tiene controles parentales integrados que se pueden habilitar.
4. El andamio.
Sabes que cuando se está construyendo un edificio lo rodea un andamio. Una vez que se completa el edificio, el andamio ya no es necesario. Tu deber es brindar apoyo a tu hijo, como un andamiaje, a medida que aprende cada nueva habilidad.
Así que no compres un móvil, des un sermón y esperes lo mejor. En su lugar, visualízalo como un proyecto de un año de duración. Al principio, habla con tu hijo todas las noches sobre el uso que le ha dado al móvil ese día. Revisa con él qué llamadas y mensajes han entrado y salido, y qué aplicaciones ha usado. Pregúntale cómo se ha sentido usando el móvil. ¿Ha tenido que hacer algún cambio en su vida para hacer y recibir esas llamadas y mensajes? ¿Se enfrentó a algún reto a la hora de responder? Cuando veas un mensaje de mal gusto de un amigo sobre otro, tendrás la oportunidad perfecta para preguntarle sobre la dinámica social, escuchar a qué dilemas se enfrenta y entrenarlo sobre cómo gestionar estos desafíos. Incluso una vez que tus hijos lleven ya un tiempo con el móvil, recomiendo a los padres que se reserven el derecho de revisar sus mensajes ocasionalmente sin previo aviso. Los mensajes borrados deben cotejarse con la factura. Esto hace que los niños adquieran el hábito de la responsabilidad, porque no usan el móvil de forma tan "invisible".
5. Habla y escucha.
En la mesa comenta las noticias que tengan que ver con móviles, desde mensajes a aplicaciones peligrosas, hasta muertes al volante. Haz preguntas sobre lo que piensa tu hijo y escucha. Puedes descubrir, por ejemplo, que tu hijo adolescente piensa que está bien enviar selfies desnudos a través de Snapchat porque la foto se autodestruirá. Pero, ¿tu hijo se da cuenta de que el receptor puede hacer una captura de pantalla, y que ahora parece haber maneras de subvertir la notificación automática que debería decirle al remitente que se ha hecho una copia? ¿Y tu hijo sabe que tener una foto de una persona menor de edad desnuda en su móvil es ilegal?
6. Juegos de rol.
Cuando un joven se enfrenta a una nueva situación, ¿cómo sabe qué hacer? Los juegos de rol pueden parecer artificiales, pero le dan a tu hijo la oportunidad de pensar sobre la situación y sus opciones. Al plantar esas semillas, tu hijo tiene más recursos para actuar de manera responsable en caliente. A menudo he propuesto estos juegos de rol sobre el tema del día para ayudar a mi hijo a considerar varias respuestas, por ejemplo, fingiendo ser un amigo que dice "¡Oye, envíame la foto que hiciste en la fiesta de pijamas!"
7. Ten en cuenta la pornografía.
Todos los niños verán porno alguna vez; la cuestión es cuándo. Pero los smartphones les proporcionan acceso casi directo a la pornografía, por lo que, antes de darle un móvil a tu hijo, debes educarlo sobre el porno. La pornografía casi siempre es deshumanizante, porque representa el sexo sin calidez, intimidad o amor. La mayoría del porno actual también incluye agresión verbal y/o física hacia las mujeres. Si necesitas ayuda para hablar con tu hijo sobre este tema peliagudo, consulta el libro Good Pictures, Bad Pictures de Kristen Jenson, que puedes incluso leer con pequeños de siete años.
8. Conoce a tu hijo.
La investigación demuestra que, cuando los niños tienen problemas con cualquier tipo de tecnología, es porque están teniendo problemas que van más allá de la tecnología, y esos problemas se evidenciarán en el resto de aspectos de su vida. En consonancia, si tu hijo es más bien responsable, considerado y feliz, probablemente también sea responsable en la tecnología.
1. Nunca escribas o envíes una foto que no reenviarías a todo el colegio, al director y a tus padres.
Recuerda que todo lo que envías puede llegar a hacerse público.
2. Pregunta siempre antes de reenviar un texto o foto.
Sé respetuoso. ¿Cómo te sentirías si alguien reenviara una foto poco afortunada de ti?
3. Pregunta siempre antes de hacer una foto o vídeo.
Incluso si te han dado permiso para hacer una foto, pregunta antes de publicarla.
4. Si alguien te pide que envíes una foto sexy...
... recuerda que incluso con Snapchat (que "evapora" la foto), la imagen se puede copiar y reenviar a otros. Cualquiera podría verlo: todos los compañeros del cole, tus profesores, tus padres. Les ocurre continuamente a chavales geniales. Simplemente no lo hagas. Y habla con tus padres al respecto.
5. Si recibes una foto sexy...
... elimínala inmediatamente de tu móvil, díselo a tus padres y bloquea el número para que no puedas recibir más. La posesión o distribución de imágenes sexuales de personas menores de edad es ilegal. Si la persona que te la ha enviado pregunta por qué, simplemente di: "Es ilegal. Ya hablaremos".
6. Nunca publiques tu número de teléfono...
... en Facebook, o lo digas más allá de tus amigos (porque te dejará expuesto).
7. Nunca compartas tu ubicación...
... excepto en un mensaje directo a tus amigos (porque te dejará expuesto). No uses aplicaciones que publiquen tu ubicación.
8. Nunca respondas a números desconocidos.
9. Si recibes un mensaje no solicitado, es spam.
No hagas clic en él. En su lugar, díselo a tus padres para que puedan informar sobre problema y bloquear al emisor.
10. No descargues aplicaciones sin el permiso de tus padres.
11. No gastes en un solo lugar el dinero que has ganado haciendo de canguro.
No necesitas más tonos de llamada. Obten una tarifa plana para no tener que preocuparte por el gasto.
12. No lleves el móvil en el cuerpo...
... y no lo uses si puedes utilizar un teléfono fijo. Los móviles están buscando una señal continuamente, y eso significa que están enviando ondas que no quieres que pasen por tu cuerpo. ¿Cáncer? Tal vez, aún no sabemos lo suficiente. Entonces, ¿por qué no ser precavido?
13. Ponlo a cargar en el salón.
Así no lo tendrás en el dormitorio por la noche.
14. No se usa el móvil en la mesa.
15. En clase, no se saca el móvil fuera de la mochila.
Y, por supuesto, silenciado.
16. Vive.
No te sientas obligado a responder a los mensajes inmediatamente y no envíes mensajes hasta terminar los deberes, durante la cena o después de las 9 de la noche.
17. ¡Más tarde! Si estás conduciendo, apaga el móvil
... y guárdalo en un bolso fuera de tu alcance en el asiento de atrás. (Asegúrate de seguir estas instrucciones antes de arrancar). Los coches matan personas.
18. No hay nada como el cara a cara.
Si un "amigo" te envía un mensaje inapropiado, respira profundamente y apaga el móvil. Habla con él al día siguiente, cara a cara, sobre ello. Nunca digas a través de un mensaje nada que no dirías cara a cara.
19. Controla el uso del móvil para evitar la adicción.
Nuestros cerebros reciben un poquito de dopamina cada vez que interactuamos con nuestros móviles, por lo que nos sentimos bien con cada mensaje enviado o recibido, con cada publicación o actualización. ¿Por qué esto supone un problema? Porque puede distraernos de otras cosas que son importantes pero tal vez no tan gratificantes de inmediato, como relacionarnos con nuestras familias, hacer los deberes o simplemente contemplar la vida. Para evitar la adicción, asegúrate de limitar el tiempo cada día, como no usarlo durante la cena ni los deberes apagando el móvil. Si te parece demasiado difícil, habla con tus padres al respecto y pídeles ayuda. Existen programas que evitan que puedas usar el teléfono durante ciertas horas.
Artículo original: http://www.ahaparenting.com/ages-stages/tweens/Cell-Phone-Rules-Safe-Responsible-Kids
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La Dra. Laura Markham es Psicóloga Clínica por la Universidad de Columbia y madre de dos hijos. Es la editora del portal AhaParenting.com y colaboradora habitual de otros sitios web sobre crianza.
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