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Publicado el miércoles, 06 de febrero de 2019. Revisado el miércoles, 06 de febrero de 2019.
Autor: Laura Markham
Tiempo medio de lectura: 3 minutos y 50 segundos
¿La idea de las reuniones familiares te parece forzada y artificial? A mí me lo pareció, cuando lo escuché por primera vez. Sin embargo, cuando lo probamos nos encantó. Favorecen la conexión. Son una manera de resolver los problemas cuando todo el mundo está tranquilo. Ayudan a tus hijos a resolver problemas. Ayudan a los niños a sentirse miembros integrados en la familia. Incluso ayudan a que los hermanos puedan resolver sus cosas y a apreciarse mutuamente.
La parte difícil de las reuniones familiares es empezar a hacerlas. Después, son tan gratificantes que toman vida propia. Si comienzas con las reuniones familiares desde preescolar, podrás disponer de ellas más adelante, cuando realmente las necesites.
¿Cómo empezar?
1. Explícaselo a tus hijos.
Explícales a tus hijos que has tenido una idea divertida para resolver fácilmente los problemas que vayan surgiendo. Asegúrate de poner una merienda deliciosa y festiva, y que la reunión sea corta y divertida.
2. Prográmala semanalmente a la misma hora.
Así, aunque se te pase, será más fácil trabajar la próxima semana. En nuestra casa, la reunión familiar es tras la cena del domingo, y tratamos de no hacer más planes.
3. Crea un ritual.
Nosotros empezamos cogiéndonos de la mano, mientras uno de los padres ofrece una bendición. Otras familias encienden velas o preparan un postre especial.
4. Primero los agradecimientos, la cosa preferida por todos.
Sin seguir ningún orden en particular, todo el mundo va agradeciendo, hasta que todos hayan agradecido algo a los demás miembros de la familia:
"Agradezco que papá jugara conmigo."
"Agradezco que Eli me llevara a la tienda."
"Agradezco que Alice se esforzara tanto en aprender a atarse los zapatos".
"Agradezco que mamá me ayudara a coser el traje para la obra de la escuela."
"Agradezco que Eli me ayudara a construir un fuerte".
A los niños les encanta recibir y dar las gracias, y hacerlo regularmente es razón suficiente para tener una reunión familiar. A menudo, eso es todo lo que hacemos. Es importante es comenzar de esta manera para crear una conexión positiva antes de abordar cualquier problema.
5. Después, gustos y mejoras.
Es el grueso de la reunión. Cada uno comparte una cosa que les gusta de la familia, y una cosa que les gustaría mejorar. Permite que todos planteen sus problemas, pero de una manera positiva, en lugar de quejarse. Pero todos los temas están permitidos: las peleas de los niños, la cooperación en las tareas domésticas, que papá trabaje hasta muy tarde, cómo planear el próximo viaje familiar, que los niños remoloneen a la hora de dormir.
Lo importante de los problemas es gestionarlos de forma inequívoca y la clave está en favorecer una lluvia de ideas para encontrar soluciones que sean útiles para todos. "Humm... parece que esa idea funciona para Jayden, pero no para mamá. Busquemos algo que funcione para todos".
Es importante procurar que esta parte de la reunión sea corta, así que, si no puedes zanjar el tema y necesitas aplazarlo, hazlo. A veces, para evitar que un niño se ponga a la defensiva, lo mejor es remitir un tema al "comité de padres", pero trata de no socavar el proceso del grupo.
6. Termina con "próximamente".
Termina con "próximamente", en el que cada persona describe algo que espera la próxima semana. Es el momento de centrarse en todas las cosas positivas que suceden en la vida de tu familia, aunque a menudo se sigue con los «comunicados».
7. Comunicados.
Los comunicados finales son una buena manera de volver a la vida normal, recordando los próximos encuentros, viajes y caminos necesarios, y para mantener el funcionamiento efectivo de la casa. Pero no permitas que abrume el buen rollo que se ha creado y aplaza las cuestiones logísticas que requieran un trabajo a fondo.
8. Adecúa las reuniones familiares a la edad.
Con menores de cinco años, resiste el impulso de negociar demasiado en las reuniones familiares; deben ser cortas y gratificantes. Para los niños de educación primaria, añade un incentivo para facilitar el duro trabajo de la resolución de problemas: un postre o un juego especial después. Para que los preadolescentes reticentes se unan, asígnales papeles importantes como secretario o moderador. Y no te sorprendas si tus adolescentes se apropian de la reunión para explicar que les avergüenzas delante de sus amigos o que necesitan un aumento de paga.
Artículo original: http://www.ahaparenting.com/parenting-tools/family-life/family-meetings
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La Dra. Laura Markham es Psicóloga Clínica por la Universidad de Columbia y madre de dos hijos. Es la editora del portal AhaParenting.com y colaboradora habitual de otros sitios web sobre crianza.
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